El proyecto de Maqua ya tiene respaldo económico: el Gobierno autoriza gastar 70 millones para reformar la depuradora

Las obras de la estación de la orilla derecha se desarrollarán durante 36 meses, seis de ellos destinados a las pruebas del trabajo realizado

Estado actual de la depuradora de Maqua.

Estado actual de la depuradora de Maqua. / M. Villamuza

Saúl Fernández

Saúl Fernández

La depuradora de Maqua llegó finalmente al consejo de Ministros. Al de ayer. Una nota oficial del Ministerio de Transición Ecológica desveló que el Estado finalmente autorizaba el gasto preciso para rehabilitar la instalación de la orilla derecha de la ría: 57.910.697 euros. Si a esa cifra se le suma el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) el dinero llega al borde los setenta millones.

Con este dinero lo que está previsto que se haga es lo que este pasado abril –antes de las Elecciones Europeas– se vio en el Boletín Oficial del Estado (BOE): una nueva obra civil y la colocación de los equipos necesarios para mejorar y ampliar las instalaciones existentes en la actualidad en la depuradora de tal modo que las aguas a tratar pasen a cumplir con las condiciones de vertido a «zona normal» de una aglomeración urbana de más de 150.000 habitantes equivalentes.

El proyecto de ampliación de la depuradora lleva más de un año de periplo por los despachos. A finales del pasado mes de mayo el secretario de Estado de Medio Ambiente, el asturiano Hugo Morán, anunció en Avilés, antes de que comenzasen las jornadas «La gestión digitalizada del agua. El impulso del PERTE de la digitalización del ciclo del agua»: «Habría querido tener la licitación de las obras de reforma de la depuradora de Maqua hoy, para que coincidiese con este acto; la verdad es que hemos intentado llegar, pero no ha sido posible. Las cuestiones administrativas a veces no nos permiten llegar a tiempo, pero se licitará en los próximos días».

Desde al menos el verano de 2018, el Estado viene prometiendo que realizará la reforma de la depuradora de la orilla izquierda de la ría. Lo que sucede desde ayer es que ya hay una partida presupuestaria para ello de tal modo que con los 70 millones reservados se llevará a cabo el plan ideado y aprobado esta primavera pasada: una operación de 36 meses de los cuales seis serán de prueba del trabajo realizado.

El Ministerio de Transición Ecológica señala que la actuación se ha dividido en varias fases como consecuencia de las características del agua bruta que llega a la depuradora, con un alto contenido salino. Así que el proyecto incluye «el cambio de catalogación del medio receptor de zona menos sensible a zona normal», también incluye «actuaciones adicionales al tratamiento propuesto como consecuencia de la alta conductividad del agua residual» y por «la presencia de gas sulfhídrico en la red», un problema que, dice el Ministerio de Transición Ecológica, «ha producido el deterioro de determinados elementos».

También está prevista la instalaciones para el tratamiento de olores, «de digestión de fangos y recuperación energética». Todo esto para mejorar el proceso actual.

El penúltimo problema de Maqua es que en el verano de 2018 –hace seis años– se paralizó el proyecto que por entonces se iba a desarrollar por los problemas detectados sobre la titularidad de los terrenos en los que se había construido y es que estos terrenos formaban parte del Dominio Público Marítimo Terrestre, lo que constituía un obstáculo para su libre disposición para el uso que tenían (la depuradora). Eso supuso que, tras años de espera por falta de presupuesto, que se paralizara la contratación del proyecto y obra que había salido a licitación a finales de diciembre de 2020 en 39,4 millones de euros (impuestos incluidos) y un plazo de ejecución de 34 meses (cuatro para el proyecto y 30 para la obra).

Ahora, con la decisión tomada ayer por el consejo de Ministros, ya hay dinero para pagar una de las infraestructuras clave de la comarca: está en Maqua, pero se benefician de ella los municipios de Avilés y de Gozón y, además, la totalidad de las grandes industrias del entorno. Ahora sólo hace falta esperar a cuando empiecen las obras.

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