Kirill Troussov | Violinista, participa en el «AvilESmúsica»

"Con la música puedo hablar cada día en una lengua distinta a la mía", dice Kirill Trousov

"Gabriel Ureña ha hecho una primera edición de un festival como si llevara seis años en esto"

Kirill Teousov

Kirill Teousov

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Kirill Troussov (Leningrado, antigua Unión Soviética, 1982) es violinista, uno de los más importantes de su generación. Participa estos días en la primera edición del festival "AvilESmúsica" que dirige el chelista avilesino Gabriel Ureña. Esta noche (20.00 horas) participa, junto a sus compañeros de festival, en el concierto que ha programado el teatro Palacio Valdés. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA entre inglés y español –parte de su formación la desarrolló en Madrid– justo después de comer, en la terraza de un céntrico restaurante.

–Para ser músico profesional, ¿hay que comenzar de muy niño?

–Sí. Yo comencé a los cuatro años y medio.

–¿La vocación no se encuentra en la edad adulta?

–Yo creo que es difícil. Le cuento mi caso: mi madre es profesora de piano e imparte clases todo el día. Mi hermana es pianista. Yo, cuando tenía cuatro años y medio, vi un vídeo de una violinista y me quedé prendado. Mi madre me vio con los ojos como platos y me dijo: "El próximo día te apunto a violín". Lo que quiero decirle es que en casa había música todo el día.

–Usted nació en Leningrado. ¿Marca haber crecido en el centro de la enseñanza musical rusa?

–San Petersburgo.

–Pero cuando usted nació todavía no lo había vuelto a ser.

–Moscú y San Petersburgo eran, las dos, las capitales de la música clásica, pero San Petersburgo tiene más cultura en general de música y de las en las artes.

–¿A qué cree que es debido?

–La cultura musical empieza con las canciones populares, es decir, eso crea un sustrato que finalmente se queda en todos nosotros. Lo vi en Rusia, pero también en Hungría...

–O sea, que es natural.

–Sí, eso es.

–¿Nunca ha pensado que se hubiera confundido cuando eligió el violín como su instrumento?

–Nunca.

–¿Incluso teniendo una madre pianista?

–Pero vi a la violinista aquella.

–¿Cuáles son las salidas para un músico profesional?

–Hay clases, hay música de cámara, hay solistas de una orquesta: No todo el mundo quiere ser solista. El trabajo de solista es muy difícil: no de tocar, pero sí de organizar. Es un trabajo global.

–¿Disfruta dando clase?

–Sí. Tengo una academia con mil quinientos alumnos de todo el mundo.

–¿Cómo es posible?

–Es una plataforma "online": por la mañana enseño a la gente de Asia, al mediodía me quedo con los europeos y, por la tarde, les toca el turno a los americanos. Por la diferencia horaria. Compran clases individuales.

–¿Qué le da la música?

–Un aspecto social que me permite decirle a las nuevas generaciones qué errores cometí en mi vida, que tienes que ir paso a paso. Que para tener el Iphone 15 has debido de tener el uno, el dos...

–¿Y a usted?

–Con la música puedo hablar cada día en una lengua distinta a la mía.

–¿Qué le parece AvilESmúsica?

–Gabriel Ureña ha hecho una primera edición como si llevara seis años.

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