Balcón al muelle

La ciudad del cuarto de hora y otros hitos

La cuestionable centralización de los eventos gastronómicos en El Parche y los progresos del Puerto local: cara y cruz de la gestión

Covadonga Jiménez

Covadonga Jiménez

Igual que París, otras grandes urbes de nuestro planeta se han planteado una transformación de su espacio tras la pandemia en busca de un entorno urbano más humano y sostenible, donde la ciudadanía recupere su papel central, perdido a manos del automóvil. Es decir, se da valor ahora a la cercanía frente a la excesiva dependencia de la motorización y la globalización adquiere un nuevo significado. En esa búsqueda de una movilidad sostenible Avilés se ha aplicado para disponer de un eslogan con el que hacer marca local y la "ciudad del cuarto de hora" parece ya más una idea asentada que un proyecto hacia el que mirar.

La ciudad del cuarto de hora y otros hitos

La ciudad del cuarto de hora y otros hitos / Covadonga Jiménez

Además de esos 15 minutos de reloj para los desplazamientos al norte, sur, este y oeste de la trama urbana, alcanzando desde El Parche buena parte de los parques de la ciudad o recorriendo en este tiempo prácticamente todo el casco histórico, la propuesta ofrece la oportunidad de poner en evidencia la proximidad entre lugares reconocibles del espacio urbano.

Las ciudades del cuarto de hora priorizan a las personas antes que a los automóviles, fomentando en la vida urbana un transporte público eficiente que permita a sus habitantes una mejor calidad de vida, la posibilidad de caminar, disfrutar de los espacios públicos, y otras actividades que aseguren la sostenibilidad de ese espacio en el tiempo.

Avilés y su plan de movilidad tienen fijado el objetivo de que el 60% del centro urbano esté conquistado por los peatones en 2030. Por ahora son las máquinas las que mandan para alcanzar ese objetivo. Pero no una inteligencia artificial, sino las excavadoras. Un sencillo paseo por la almendra urbana revela esos muchos obstáculos que todavía existen para llegar a la ciudad del cuarto de hora.

Unas obras pendientes de una compañía eléctrica cerca de Camposagrado, el bullir de operarios en el gran ensanche avilesino que asoma ya por la plaza de Pedro Menéndez o unos andamios para el remozado de una fachada en Sabugo retrasan algunos minutos el caminar de un peatón desde El Parche hasta el parque del Muelle cualquier día entre semana en Avilés. Pescaderos, fruteros, zapateros y turistas de toda clase se zambullen en la teorías sobre el resultado de la nueva "mole" de cemento que antecede al histórico café Colón.

Pero más allá del acuerdo o desacuerdo en torno a las nuevas "aceronas" avilesinas, las ciudades que quieran aspirar hacia un futuro más prometedor, deberán mirar más allá del propio concepto de la movilidad sostenible y aspirar también a una accesibilidad sostenible. Como París. Como Sevilla. Como tantos otros. Se trata no sólo de procurar los desplazamientos de personas y mercancías con los medios de transporte que garanticen un menor impacto ambiental y social, sino de conseguir también que el acceso a los bienes, servicios y contactos dependa lo menos posible de los medios de transporte motorizado.

Al respecto sacaron los colores al gobierno local en el último pleno del mandato desde las filas del PP y Vox. No ayudan las obras paralizadas por Patrimonio en Hermanos Orbón el pasado agosto. Tampoco ayuda, como denunciaron los populares, que hasta este año todos los informes sobre las ayudas a la Unión de Comerciantes llegaban con informes técnicos, jurídicos, de Secretaría y de Intervención desfavorables. Solventados esos reparos podrían coincidir algunos con el "despropósito" que representa que en pleno centro de la ciudad los mayores "cartelones" de apoyo al comercio sean para ir a comprar a una gran superficie comercial a 30 kilómetros de Avilés. ¿Necesitará una revisión el pacto "Avilés por el comercio"?

Más cuestiones de actualidad: el enfado de los comerciantes de la plaza de abastos con la decisión de centralizar los actos de "Gastrosostenible" en el Parche y la plaza de Alfonso VII habida cuenta de lo atractivo que resulta siempre sacar la gastronomía a la calle. ¿Y qué me dicen del escaso poder de atracción de "Avilés enseña"? Solo recibió cuatro grupos de estudiantes el año pasado. Insuficiente a decir de muchos pese al empeño de los socialistas en venderlo como un proyecto de turismo idiomático que llegaría en su primer año a más de 700 estudiantes.

Más agradable se hizo el paseo por ambas márgenes de la ría esta semana con el hito portuario de recibir en la ciudad el barco de mayores dimensiones que se haya visto en los muelles locales. La visita del "GPO Grace" para cargar piezas de transición de la avilesina Windar para uno de los grandes parques eólicos marinos de Estados Unidos no hace sino constatar la potencia del polo logístico y portuario cuyas inversiones en los últimos años superan los 150 millones de euros. Con estos mimbres, poco sentido tiene la denominación de "puerto de tercera división" para Avilés, como proclamó el candidato del PP a la Presidencia del Principado, "a no ser que sea más ignorante de lo que quiera aparentar o muy mentiroso", le afeó el presidente de la Autoridad Portuaria. Dicho queda. Cuestionar el proceso de transformación de las infraestructuras portuarias y su potencial resulta torpe e inapropiado recién cumplido el último hito local.

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