Opinión

La política municipal de recursos humanos de Avilés emula "El día de la marmota"

Una lectura crítica de la parálisis existente en las relaciones laborales del Ayuntamiento

Allá por 1993 se estrenó la película "El día de la marmota", con un argumento que parodia la tradición de un festival que se celebra cada mes de febrero en Pensilvania (Estados Unidos). Por esas fechas, una popular marmota se despierta de su letargo invernal y, supuestamente, predice cuando será la llegada de la primavera, según detecte o no su sombra a la salida de la madriguera. Su protagonista –Bill Murray– encarna un periodista de televisión que se desplaza para la crónica de ese festival y se ve afectado por un hecho insólito. Después de una extraña tormenta se ve atrapado en una situación que lo hace despertar una y otra vez en el mismo día, pero con la gran oportunidad de ir corrigiendo sus actos y sus errores.

Las relaciones laborales del Ayuntamiento de Avilés, de su Fundación Deportiva Municipal y de su Fundación Municipal de Cultura, incluso de su empresa municipal, Servicios Auxiliares S. L., tienen su propio día de la marmota, en un despertar de circunstancias repetidas. Lo que se distingue, no obstante, es que no hay nadie que se mueva en ese escenario para asumir y corregir errores. Quizás porque quien manda considera todas sus decisiones como aciertos, quizás porque tengan comodidad en esos errores o, simplemente, porque no piensen o no sepan que son errores. En síntesis, el escenario es el de una entidad que ha cumplido un año después de la renovación de su consejo de administración, es decir, del Pleno de la Corporación y con cambios en algunas áreas, como la de Recursos Humanos pero parece que con una línea continuista.

Así son las circunstancias que nos rodean. En el Ayuntamiento y en la Fundación Municipal de Cultura tenemos un acuerdo regulador de condiciones de trabajo elaborado en 2008 –hace ¡16 años!–, en la primera etapa de Pilar Varela como Alcaldesa. En la Fundación Deportiva Municipal, ni siquiera hay ningún texto de regulación de las relaciones laborales, por la extinción del convenio que hubo hasta 2015 y sin que, pasados nueve años, a ningún gobierno municipal le hubiera preocupado la negociación de otro nuevo.

La elaboración de la relación de puestos de trabajo y su valoración se hizo en el año 2001, sin más modificaciones que las entendidas unilateralmente por cada gobierno municipal de turno. En la Fundación Municipal de Cultura hace doce años que no se celebran elecciones sindicales, por bloqueo de los sindicatos CC OO, UGT y USIPA a los intentos habidos por dar voz a su plantilla.

Son hechos palmarios y lo que llevan implícito no es poca cosa. No hay elementos de recuperación de la pérdida de poder adquisitivo, provocada por recortes y congelaciones, especialmente después de 2008. Existen unas retribuciones que emanan de aquel acuerdo regulador y ni tan siquiera podemos pensar que va a llegar la reivindicada revisión de la valoración de puestos de trabajo, encargada por el Ayuntamiento a una empresa externa hace dos años y valorada en casi cien mil euros, pero que duerme en algún cajón de llave enterrada por decisión de no se sabe quién.

La plantilla también desconoce lo que son los sistemas de carrera profesional, implantados en muchas otras administraciones, consecuencia de la normativa existente de función pública. No existe un sistema de teletrabajo, aplicado tan solo en la pandemia, pero negado después por la alcaldesa, Mariví Monteserín. Ni hablemos del plan de igualdad, caducado hace diez años; pero eso sí, cada 8 de marzo se pone la bandera morada en el balcón del consistorio, por si acaso alguien piense, ventanales afuera, que no hay compromiso suficiente. Así, un suma y sigue, al que podríamos añadir varias cuestiones más y ninguna menor, al menos a los ojos de nuestro sindicato.

También se han cumplido dos años de las elecciones sindicales del Ayuntamiento y de la constitución de la Junta de Personal y del Comité de Empresa, de los que, por acuerdo tácito del resto de sindicatos, se expulsó a Avanza de toda responsabilidad en dichos órganos de representación colectiva. Transcurrido este tiempo, solo vemos una complacencia con el gobierno municipal que no conduce a nada.

Los procesos de estabilización de empleo temporal, emanados de la Ley 20/2021, irán finalizando, eso sí, habiendo dejado por el camino a la plantilla de Educación Infantil. En el otoño nadie tendrá excusas para seguir eludiendo los asuntos que son del interés de toda la plantilla. Si hay cambios de posturas y de planteamientos que contribuyan a ello, vengan de donde vengan, tendrán nuestro apoyo. Pero convendría saber cuándo va a finalizar el letargo y ver si se atisba o no alguna sombra al salir de la madriguera.

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