Lío en el mercadillo de Lugones (Siero). Los vendedores de productos de la huerta se rebelaron ante el cambio de ubicación de sus puestos, que se han trasladado del parque de La Paz a la zona del centro de día. Un cambio que surge a propuesta del Ayuntamiento debido a las quejas de algunos propietarios de la comunidad de vecinos bajo la que se ubica el mercado desde hace 20 años. Los vendedores se quedaron ayer en su sitio habitual e iniciaron una recogida de firmas en apoyo a su reivindicación para mantener los puestos en el sitio de siempre.

"Nos quieren echar a un rincón por donde no pasa nadie, queremos seguir aquí, donde llevamos 20 años vendiendo y donde los clientes vienen a tiro fijo", dijo Mercedes Menéndez, vendedora de El Carbayu. El traslado de los puestos de venta de excedentes de la huerta surge a raíz de varias denuncias presentadas por vecinos de los inmuebles donde se instalan los puestos, bajo los soportales. "Nos enteramos el viernes pasado de que había cinco denuncias y que nos trasladaban", detallaba ayer Menéndez.

Así las cosas, el pasado miércoles el Consistorio les otorgó el número de puesto y les anunció que el viernes (por ayer) estarían organizados en el nuevo área. Resignados, los vendedores acudieron ayer a la zona, a las 7 de la mañana, donde, para su sorpresa, los puestos no estaban delimitados. "Resulta que llegamos aquí y no hay nadie ni está nada señalizado y, claro, se montó un tiberio terrible... Porque ya que no queremos ir para ahí y no nos gusta ese sitio porque está fuera del mercado, por lo menos que lo tuviesen marcado..", comentaba Marta Bobes, zabarcera de Bobes.

Hora y media después aún no sabían donde tenían que montar el puesto por lo que cogieron las furgonetas y regresaron al parque de La Paz para ocupar su espacio habitual de venta. "Donde nos quieren poner no se mueve ni un euro porque ahí no va a ir nadie", lamenta Merce Pérez, vendedora de Sariego.

Los vendedores afectados señalan que declinan el cambio de ubicación porque les saca del centro del mercado a una zona más apartada, sin tanto tránsito y donde, añaden, no tienen espacio para aparcar las furgonetas. "Somos nosotros quienes hacemos el mercado y con quien debería hablar el Ayuntamiento, no nos han convocado ni a una reunión de una hora", crítica Bobes.

Quieren continuar en los soportales donde instalan sus puestos desde hace 20 años. De ahí que la vendedora Concepción Rodríguez, de La Barganiza, apunte que si el problema es que ocupan un espacio privado no tendrían inconveniente en negociar con las comunidades de vecinos y, en caso de mantener la ubicación, "pagarles a ellos lo que pagamos al Ayuntamiento que, al parecer, lo llevan cobrando 20 años sin estar en espacio público".

Y la reivindicación de los zabarceros caló entre vecinos y clientes, quienes no dudaron en apoyar con una firma su petición. "Estoy totalmente de acuerdo con ellos porque alguien que viene de fuera no los va a encontrar en el otro sitio y lo mejor es que se queden en la zona del mercado", dijo María José Suárez. A media mañana, ya tenían una docena de hojas llenas de firmas. "Todo el mundo para y firma", aseguraba Beli Muñiz, vendedora de La Carrera. Uno de sus clientes, Mariano Gayol, estaba en ello: "Son los que traen algo sano y limpio para comer y resulta que protestan, no sé qué molestia puede causar una mañana a la semana".

Los vendedores reunirán firmas en los próximos días que presentarán ante el Ayuntamiento para evitar el traslado de los puestos. Se quieren quedar en La Paz.