Jorge Vargas se corona en el Concurso de escanciadores de Nava por primera vez tras imponerse a los clásicos Salvador Ondó y Wilkin Aquiles

El ecuatoriano se impone a los clásicos Salvador Ondó y Wilkin Aquiles en el Concurso de escanciadores después de "quince años de trabajo"

Marta Cercadillo

"No tengo palabras. Llevo mogollón de tiempo buscando este primer puesto aquí en Nava. En mis más de 15 años de experiencia siempre he asistido al concurso. Estoy encantado". Tras los nervios y la concentración propias de una competición, reñida y de alto nivel, llegaban la alegría y la euforia de quien se alza con la victoria. Y es que, después de que el jurado de la 37º. edición del Concurso internacional de escanciadores de sidra de Nava pronunciara su nombre, el rostro de Jorge Vargas cambió por completo. Pasó de la tensión de esos momentos finales previos al desenlace a la felicidad más absoluta. Y no es para menos.

El escanciador ecuatoriano de la sidrería La Montera Picona de Gijón era ayer por la mañana el fiel ejemplo de la perseverancia y el trabajo. Lleva más de una década luchando por alcanzar un sueño. "En estos 15 años de concurso he sido segundo, tercero... ¡Hasta hoy!", dijo orgulloso. Porque llegar hasta este momento no ha sido nada fácil. No existen más secretos ni más fórmulas mágicas que la "constancia". "Clave nada, no hay ninguna. Se trata de ir pillándolo todo poco a poco. Es ir ganando experiencia y siendo constante", decía Vargas.

"Soy técnico de calderas por semana y escanciador de sidra los fines de semana", añadía. Para el recién consagrado campeón, ni el cansancio de "tener dos trabajos", ni la falta de tiempo que ello supone son una excusa. Nunca lo ha sido, ni lo será, como bien saben "aquellos que siempre me han estado apoyando y animando a pesar de los fallos". De ahí la merecida y sonora ovación que Vargas se llevó al levantar su codiciado trofeo por parte de todos los asistentes que, poco a poco, fueron llegando a la plaza Manuel Uría de Nava.

"Lo ha hecho muy bien. Es el justo ganador. Se lo merecía después de tantos años quedándose con la miel en los labios", comentaba Luis Pérez, vecino de Avilés pero "fan incondicional de la sidra primero y del Festival de Nava, después", que tiene "marcado en rojo en el calendario estas fiestas". "Llevo ya 7 años seguidos sin perderme ni un solo día", aseguraba entre culete y culete confesando, eso sí, que se los han escancanciado. "No se me da nada bien, así que prefiero no desperdiciar ni una sola gota ni estropear tampco el sabor de la sidra", reconoció. Porque beber sidra no es lo mismo que disfrutarla. La diferencia es abismal. En lo que a esta bebida se refiere, todos los detalles importan y marcan la diferencia.

"La cultura sidrera abarca muchos elementos. No se trata solo del escanciado, también influyen la botella, la forma de vivir la propia cultura y cómo se disfruta la sidra, porque la sidra es para compartir y para socializar. Todo forma parte de la cultura sidrera y el escanciado, sin duda, es una parte fundamental y diferencial", explicó el presidente del Principado, Adrián Barbón. "La sidra forma parte de nuestro patrimonio milenario y quiero estar aquí para respaldar esta 47 edición del Festival porque esta es una fecha ineludible del oriente del Principado, del verano asturiano, y por supuesto, de toda España", expresó Barbón.

Precisamente desde Burgos llegó el jueves el matrimonio de jubilados formado Julián Ramón González, natural de Baracaldo, y Rosa Sánchez, nacida en Palencia con el objetivo de "disfrutar de las fiestas". "Nos gusta mucho Asturias y venimos muy a menudo. Ya habíamos estado en Nava, pero nunca en fiestas. Y nos está encantando. La sidra está muy rica. Es estupenda y muy fresquita", apuntaban mientras disfrutaban de otro de los eventos del día: la Comida en la calle.

"Hay que coger fuerzas", comentaban, por su parte, Zaira Francisco y Adrián Buria, de Nava y de 17 años, justo antes de dar buena cuenta, junto a sus familiares y amigos , de tortillas, embutidos, empanadas, croquetas y, cómo no, sidra. "Siempre venimos muy bien preparados pero hoy (por ayer) más porque por la noche hay que ver la final de la Eurocopa", explicaban.

"Por la mañana sidra y por la noche fútbol. Si gana España esta noche se alarga ya hasta mañana. No hay quien nos saque de aquí. Y si pierde, a ahogar las penas en sidra", confesaban Rocío Iglesias, Álvaro Canto, Sergio Sánchez, Hugo Arena, Óscar Pérez, Mirko Ruiz, Ángela González, Elena Rodríguez, Rodrigo Corujo, Adrián Fernández, Paula González, David Díaz y Diego del Rey.

La medalla de plata de esta edición número 37 del Concurso Internacional de Escanciadores de Sidra fue para Salvador Ondó, de las sidrerías Tierra Astur; el bronce se lo colgó Wilkin Aquiles de La Montera Picona de Gijón, que ganó el primer puesto en la categoría de sidrerías.El mejor escanciador local fue Moisés Martínez, de sidrería Prida, y el vencedor de menos de 25 años, Amauris de la Rosa de Tierra Astur.