Estará hoy, a las 19.30 horas, en el Club LA NUEVA ESPAÑA | Rafael Santandreu Psicólogo

"Es esencial desprenderse de esa necesidad de ser siempre lo más, es una tontería"

"Las personas más felices piensan que todos los problemas son minucias; el camino de la fortaleza es sentirse bien con muy poco"

Rafael Santandreu.

Rafael Santandreu. / LNE

María José Iglesias

María José Iglesias

El psicólogo Rafael Santandreu, (Barcelona, 1969), visita esta tarde a las 19.30 horas el Club LA_ NUEVA ESPAÑA en un acto de entrada libre hasta completar aforo. Su nuevo libro «No hagas montañas de granos de arena (y TODO son granos de arena)», anima a explorar una vida más plena y menos agobiada por las preocupaciones cotidianas.

–¿Vivimos entre frustraciones hechas de granos de arena?

–Las personas más fuertes y felices piensan que todos los problemas son minucias. Por ejemplo, José Robles, un amigo al que le dedico un capítulo. Tiene ELA: no puede moverse ni hablar. Se comunica a través de un ordenador. Y José siempre dice que está de lujo y llama a su enfermedad «el resfriadillo» porque le tumba. Lo conozco muy bien y sé que es un tipo muy feliz. Si adquieres la filosofía de estas personas, lograrás de golpe su fortaleza emocional.

–¿Por qué toleramos tan mal la contrariedad?

–Porque la sociedad nos maleduca. Nos ha convencido de que tenemos un montón de necesidades. Creemos que necesitamos pareja para estar bien. Si estás soltero, eres un fracasado, un desgraciado. Pero no solo eso: tienes que tener éxito, una casa bonita, un gran trabajo, muchos estudios, ser extrovertidos, tener éxito... El camino de la fortaleza es el contrario: estar feliz con muy poco.

Lo tenemos todo y somos cada vez menos amigables y empáticos…

–Cuando estamos neuróticos, estresados y temerosos no hay espacio para la amabilidad ni el amor. Andamos corriendo intentando tapar agujeros, cumplir con las expectativas... Perder la vida corriendo es la peor forma de perderse la vida.

–Aznar decía «España va bien» y usted que «va demasiado bien».

–En comparación con nuestros abuelos, tenemos unas comodidades increíbles. Mi abuelo paterno, pagès del Pirineo, no vio la electricidad en su vida y era la persona más feliz del mundo. Por alguna extraña razón vivimos diciendo que estamos en crisis, que la economía es un desastre, que falta esto y lo otro. La locura del hombre moderno es no saber decir basta, eso le agota a todos los niveles.

–¿Y existe un camino de vuelta?

–Por supuesto. El dueño de tu mente eres tú. Transforma tu mentalidad de forma profunda y te convertirás en un José Robles: una persona agradecida de la vida, encantado consigo mismo y con los demás. Pero tendrás que eliminar algunas creencias erróneas instaladas en tu mente.

–¿Como cuáles?

–Que necesitas tener razón, por ejemplo. Yo llevo un año dándole la razón a todo el mundo. Si quieren tenerla, adelante: se la doy y cambio de tema. Es esencial desprenderte de la necesidad de ser listo, culto o el que más sabe. Es una tontería inmensa porque todos somos unos ignorantes inmensos. Pero, con suerte, unos ignorantes amorosos con los que da gusto estar.

–Todo el mundo habla de salud mental. ¿Estamos en el enfoque adecuado?

–Hablar del tema es importante porque haciéndolo la gente que está mal puede obtener una orientación muy valiosa. Mucha gente ha descubierto mis libros porque un amigo les habló de ellos. Y eso fue la puerta a su transformación. Pero, claro, igual que en medicina, hay que acudir a buenas fuentes, contrastadas y con preparación.

–¿Cómo distinguir una buena fuente de la que no lo es?

–Hay que acudir a profesionales con los estudios mínimos necesarios. Asociados a colegios profesionales que aseguran una calidad. Y ya para 10 es que muestren su trabajo.

–¿Por qué ha escrito este libro? ¿Qué encontrará el lector de diferente respecto a sus otros libros?

–En este libro trato muchos temas diferentes. Por ejemplo, cómo adelgazar fácilmente. O cómo tener éxito en la vida. O tener una relación de pareja feliz y duradera. Casi todo en la vida depende básicamente de nuestra mente.

–¿Qué sitúa en la categoría de montañas?

–Nada. Lo peor puede ser la muerte y no lo veo tan malo.