Rafael Santandreu: "Con tanta tecnología esta civilización camina al exterminio"

"Envidiar es absurdo; eres feliz si no te quejas y valoras lo que tienes", dice el psicólogo, que estrena el libro "No hagas montañas de granos de arena"

De izquierda a derecha, Carlos Hevia-Aza y Rafael Santandreu, en el Club LA NUEVA ESPAÑA, repleto de público para escuchar al psicólogo.

De izquierda a derecha, Carlos Hevia-Aza y Rafael Santandreu, en el Club LA NUEVA ESPAÑA, repleto de público para escuchar al psicólogo. / Irma Collín

M. J. I.

"Soy un poco ‘tecno-pesimista’, creo que todo este despliegue tecnológico va a llevar a la civilización a su exterminio. Tampoco es tan raro, todas las civilizaciones se destruyeron a si mismas". El psicólogo Rafael Santandreu (Barcelona, 1969), arrasó ayer en su visita al Club LA NUEVA ESPAÑA, que se llenó por completo para escuchar sus razones para llevar una vida "lenta" (slow) y "no hacer montañas de granos de arena", la frase que da título a su nuevo libro. "En la vida saludable, las cosas se hacen despacio, como en los pueblos antiguamente, de lo contrario es imposible disfrutar de todo lo que nos rodea", señaló Santandreu durante una conversación con el educador ovetense Carlos Hevia. "Cuantas peleas absurdas provoca ese afán por querer tener razón; es absurdo empeñarnos en ello", aseguró el terapeuta, que, entre otras muchas cosas, ayudó a la actriz Paz Padilla a recuperarse del duro golpe que supuso la muerte de su marido.

Rafael Santandreu animó al público a despojarse de la envidia o del afán de compararse con otras personas. "Envidiar es absurdo; eres feliz si no te quejas y valoras lo que tienes", aseguró.

También destacó el enorme poder del cerebro para generar trastornos como dolores de espalda o lumbalgias. "La mente muchas veces es hiperprotectora. El dolor es una herramienta de protección. Es asombroso ver cuanta gente se opera sin motivos para ello. El cansancio que normalmente todos experimentamos es una tontería. El cuerpo humano tiene unas capacidades energéticas brutales", recalcó el especialista.

"La vida debe tomarse como un juego. Ya que estamos aquí, por lo menos disfrutar. Además, es un chollo. Las únicas necesidades diarias reales son el agua y la comida. Hemos nacido en el primer mundo y es imposible morir de hambre", resaltó Santandreu, que abogó por desprenderse de afanes como la necesidad de reconocimiento o respeto por parte de los demás.