La Felguera, como Río de Janeiro: el buen tiempo llenó las calles en el Antroxu del distrito langreano

Hubo desfile y una animada fiesta en el patio del colegio Eulalia Álvarez

"Madre mía, nunca había visto tanta gente en el Carnaval de La Felguera". La reflexión, en la tarde de este martes, de una veterana "antroxera" langreana, disfrazada de una mezcla de Ana de Arendelle y Blancanieves, no iba nada desencaminada. Pocas veces se ha visto tanta gente por las calles para disfrutar del Antroxu. Es cierto que el buen tiempo fue determinante, porque el termómetro pasaba de los veinte grados y por una vez las Cuencas pudieron saber qué se siente bajo el disfraz sin tener que sortear el frío y la lluvia. Con una meteorología tan benigna, alguno se vino arriba y llegó a comparar el Antroxu felguerino con el de Cádiz o Río de Janeiro, si bien esa afirmación quizá requiera un debate más sosegado.

En cualquier caso, La Felguera se echó a la calle en un desfile más largo de lo habitual que salió del parque Dolores F. Duro para acabar en el patio del colegio Eulalia Álvarez. Los niños de los grupos de participación infantil y adolescente de La Felguera leyeron un pequeño pregón y dos salvas de confeti dieron la salida a un cortejo con 650 inscritos, muchos de ellos niños, a los que se sumaron muchas personas más que iban sin dorsal.

Hubo de todo: indios, piratas, hadas, payasos, magos, minions y hasta una Barbie que no había salido de la caja. Una aterradora "niña del exorcista" metía el miedo en el cuerpo a los que se asomaban a ver el desfile desde la acera y Neptuno blandía, amenazador, el tridente ante los curiosos.

Fiesta

En patio del colegio Eulalia Álvarez tomó el relevo tras el desfile con una animada fiesta en la que los más pequeños disfrutaron, en primera línea junto al escenario, de revoltijos y bailes, que padres y abuelos seguían desde retaguardia moviendo tímidamente la pierna o plenamente entregados a la causa, según el caso.