El Policía Nacional que ya es un héroe en Langreo por sus rescates

Miguel M., el agente que el martes salvó la vida a una mujer en La Felguera, ya rescató a dos chicos de aguas del Nalón hace un año

Miguel M. en la comisaría de la Policía Nacional en Langreo

Miguel M. en la comisaría de la Policía Nacional en Langreo / D. O.

David Orihuela

David Orihuela

Miguel M. quedó tocado anímicamente cuando hace no mucho reanimó a una persona que estaba al borde de la muerte y finalmente, pese a todos sus esfuerzos falleció. “Lo pasé mal”, reconoce, pero también sabe que es parte de su trabajo como Policía Nacional. Es la cruz de su oficio, la parte que cuesta llevar, pero también hay una cara, la amable, y esa la vivió el martes cuando le salvó la vida a una mujer que se estaba ahogando. Le practicó la maniobra de Heimlich y logró que volviese a respirar. Sin su intervención, la mujer habría fallecido en unos minutos.

El agente, adscrito a la Comisaría de La Felguera, que da servicio a Langreo y San Martín del Rey Aurelio, no estaba de servicio. Había ido a hacer unas compras a un bazar de una conocida cadena, en el barrio de La Pomar, en pleno centro de La Felguera. “Pregunté por la sección de cocina y empecé a escuchar unas voces, ‘auxilio, auxilio, que se me muere, que se me muere’”. Miguel no tenía muy claro si intervenir o no hasta que vio la gravedad de la situación, una mujer de unos 80 años en silla de ruedas que no podía respirar. La hija de la octogenaria había llamado al teléfono de emergencias y desde el 112 Asturias le indicaron que le diese dos golpes en la espalda para intentar que expulsase lo que obstruía las vías respiratorias. Era vital lograr que echase lo que le impedía respirar. Nada. Los golpes no hicieron el efecto deseado. El policía de paisano se acercó y explicó que tenía conocimientos de primeros auxilios y preguntó si le permitían ayudar. La hija, lógicamente le dijo que sí. La UVI ya estaba en camino pero cada segundo que pasaba era un segundo menos de vida para la mujer. “Le di dos golpes, como decían desde el 112, y tampoco logré nada”, explica el Policía. Miguel pensó entonces que la única forma de salvarle la vida a aquella mujer era practicar la maniobra de Heimlich, un procedimiento de primeros auxilios para que la persona que se ha atragantado expulse aquello que le impide respirar. “Se lo dije a la hija y le pregunté si me daba permiso para realizar el procedimiento”. Miguel optó por pedir el consentimiento de la familia. La mujer estaba en silla de ruedas y este tipo de maniobra, que sin duda ayuda a salvar vidas, puede producir algún daño, especialmente lesiones en las costillas, un mal menor cuando se trata de salvar una vida.

“Lo hice una vez y nada, pero a la segunda ya expulsó lo que estaba comiendo, un pastelito de hojaldre, echó hasta bilis y empezó a respirar”, recuerda el hombre, aún emocionado, porque sí, es Policía y está acostumbrado a situaciones complicadas, “pero nos hacemos policías para esto, para salvar vidas, y me emocioné”, reconoce. El hombre alerta. Hay algo que nunca se debe hacer cuando una persona se atraganta, especialmente con este tipo de alimentos, darle agua. “Es lo peor que se puede hacer porque se forma una masa”. “Con toda su buena intención, la hija le había dado agua y entre el hojaldre y el agua se le había hecho bola y la mujer no podía respirar”, explica el Policía.

Al final todo salió bien. Un gran revuelo y Miguel M. satisfecho por haber salvado una vida. Se lo dijo la médico de la UVI que llegó a los pocos minutos, sin su actuación lo más probable es que la mujer no hubiese sobrevivido.

“Estos servicios son los más satisfactorios”, dice el Policía. En realidad, este martes no estaba de servicio pero sí estaba trabajando cuando hace un año, el 15 de marzo de 2023, salvó a dos chicos que se estaban ahogando en el Nalón. Dos hermanos, de 14 y 18 años, se habían metido al río con una lancha hinchable, la aventura les salió mal y casi se ahogan. Miguel M, y su compañero Sergio V. O., se tiraron al agua y lograron sacar a los chavales, ya con síntomas de hipotermia. Miguel lo dijo entonces y lo repite ahora: “Por estas cosas presta ser policía”.

Formación y equipamiento

Estas experiencias llegan al agente a pedir "más gasto en formación y equipamiento en primeros auxilios a los agentes que están en la calle, especialmente a los radiopatrullas". Miguel M. explica que "el 90 por ciento somos los primeros en llegar al lugar donde hay una emergencia y a veces lo pasas mal hasta que llegan los servicios sanitarios". Con sus conocimientos y su acción de este martes ha quedado claro que la formación es vital en esos primeros minutos. En su opinión, "debería formarse más a los agentes y dotarles de material". Un ejemplo, que los coches patrulla estén equipados con desfibriladores, "eso salvaría muchas vidas". Ahí queda la petición de alguien que sabe muy bien de lo que habla porque lo vive día a día en su trabajo y también cuando va a la compra.