Las Mazas ya tiene quien le escriba

Fernando Delgado recupera en un libro la historia de los habitantes de la única colonia minera del concejo de Morcín que albergó a 1.614 personas

Familia de Francisco Osuna y Araceli Carmona, ambos naturales de Lucena (Córdoba) con sus 14 hijos y la abuela Carmen, en una fotografía tomada el 8 septiembre de 1973. | Cedida por Fernando Delgado

Familia de Francisco Osuna y Araceli Carmona, ambos naturales de Lucena (Córdoba) con sus 14 hijos y la abuela Carmen, en una fotografía tomada el 8 septiembre de 1973. | Cedida por Fernando Delgado

David Orihuela

Ignacio Suárez Pando y su esposa Esperanza vivían solos en Las Mazas, en Morcín. Él era arenero y la suya era la única casa en aquella zona. Pero todo cambió. A mediados de los años 50 del siglo pasado, Suárez Pando vendió los terrenos y se levantó la "colomina" (colonia minera) de Las Mazas. Fernando Delgado ha rastreado en archivos y ha hablado con familias durante meses para escribir "Las Mazas de Morcín, un pueblo de colonización minera", que el Cronista Oficial del concejo morciniego presentará este lunes, a las 19.30 horas, en el Club LA NUEVA ESPAÑA, en un coloquio en el que participará José Manuel Vaquero, consejero de Prensa Ibérica y autor del prólogo del libro; Maximino García, alcalde de Morcín; y Noelia Pereira, concejala de Cultura del municipio.

La barriada minera recién construida, en 1955, con la casa de Ignacio Suárez Pando en primer término. | Cedida por Fernando Delgado

La barriada minera recién construida, en 1955, con la casa de Ignacio Suárez Pando en primer término. | Cedida por Fernando Delgado / David Orihuela

Delgado ha pasado meses buceando en la historia de "la única colonia minera de Morcín" y en ese tiempo logró documentar la presencia en esas viviendas de un total de 1.614 personas integradas en 340 familias. Uno de los logros del libro son las fotografías de 255 de esas familias, un 75 por ciento del las documentadas.

El autor no quería hacer un libro sobre la construcción de la colonia minera. Ya hay muchos y muy buenos estudios sobre estas cuestiones. A Delgado le interesaba "la vida dentro de esas casas, las personas que vivían allí". El Cronista Oficial de Morcín quería "sacar a la luz a los olvidados, a la gente que no sale habitualmente en los libros". "A mí me interesaba la colomina, pero me interesa mucho más las personas que la habitaban", insiste el autor, que buscaba "hurgar un poco en todo lo que vivió esa gente".

Para ello tuvo que tirar de decenas de entrevistas personales. Como la que mantuvo con Olimpia Goyanes. Cuando hablaron, la mujer ahora fallecida, tenía cien años y logró trasmitir la emoción que vivió en 1956 cuando le dieron la casa en Las Mazas. "Hasta entonces vivía con su marido y sus dos hijos en una habitación con derecho a cocina compartida", explica Delgado, que recuerda como Olimpia le contó que aquel día de 1956 "fue la mujer más feliz del mundo".

Esas son las historias que le interesan al autor. Las de familias numerosísimas, con diez y once hijos, viviendo en una de esas casas de Las Mazas. Muchos eran asturianos, muchos de fuera de Morcín, y muchos habían llegado de otros lugares de España. Delgado ha documentado que 175 cabezas de familia son asturianos, pero no de Morcín. De Morcín hay 144 cabezas de familia. Entiende el autor como cabeza de familia al hombre y a la mujer, no solo a uno de ellos. En ese rastreo de orígenes encontró a 56 cabezas de familia de Córdoba, 48 de Lugo, 38 de Badajoz, 21 de Salamanca, 18 de León, 16 de Jaén, 15 de Portugal, 12 de Zamora, 12 de Cáceres, 2 de Cantabria, 11 de Pontevedra y 11 de Coruña, entre otros. Todos llegan a Morcín a trabajar en las minas, entonces propiedad de Ensidesa.

El libro sirve a Delgado también para rendir tributo a su madre, María Sofía Álvarez, cartera en Las Mazas de 1961 a 1998, y a Marisa López Goyanes, hija de Olimpia, que tanto colaboró en el libro y no lo llegó a ver editado.

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