¿Estuviste en la jira de las fiestas de La Felguera? Así fue la "peregrinación" a Castandiello

Luisma Díaz

Luisma Díaz

Los romeros de San Pedro vivieron una despedida de las fiestas de La Felguera pasada por agua... pero no por la lluvia, como en otras ocasiones. El tiempo aguantó, y las mojaduras entre los más jóvenes llegaron vía botellas, «calimocho» y todo tipo de líquidos «arrojables».

Las distintas peñas y grupos de amigos fueron congregándose sobre las cinco de la tarde en el entorno del parque «viejo», el Dolores F. Duro. Allí, con la música de las charangas «Pantamala» y «Principado», el viento empezó a soplar y el cielo a nublarse, vaticinando una tormenta que podría haber echado por tierra toda la ilusión de los romeros. Al final, falsa alarma. Cientos de personas comenzaron su peregrinación por las calles de La Pomar y luego, ascendiendo por la calle de La Campa hasta llegar al «prau». Una vez allí, la masa fue separándose en pequeños grupos: amigos, peñas, unos de gente muy joven, otros de gente mayor.

Los muy jóvenes, con ganas de la «moyaura» que no llegó con la lluvia. En la zona «chill out» del «prau», con un ambiente más tranquilo, familias y grupos de amigos disfrutaban de una comida de hermandad.

Más tarde, los que tenían ganas de «marcha» pudieron seguir con la fiesta de la espuma, que se celebró en la plaza Setsa. 

La jornada había comenzado ya a las 10 horas, con el inicio del reparto del «bollu» y la botella de vino en las dependencias de la Sociedad de Festejos y Cultura «San Pedro». El reparto se alargó hasta minutos antes del peregrinaje a Castandiello. A mediodía, y hasta la hora de comer, además, hubo juegos tradicionales en el parque.