Una mina de actividades: descubre todo lo que puedes hacer en el pozo Sotón

La explotación, propiedad de Hunosa, sumará un tren minero a su cartera de ocio: visitas interiores, scape rooms y eventos

La turista polaca Malgorzata Kulbaczewska observa el memorial minero con el castillete del Sotón al fondo. | A. Velasco

La turista polaca Malgorzata Kulbaczewska observa el memorial minero con el castillete del Sotón al fondo. | A. Velasco

Andrés Velasco

Andrés Velasco

Fue en 2010 cuando la Unión Europea firmaba la directiva que daba la puntilla al sector de la minería del carbón. Ocho años más tarde, en 2018, todos los pozos no rentables deberían cortar la jaula. Solo hubo una excepción, San Nicolás (Nicolasa), en Mieres. En ese momento, la empresa Hulleras del Norte S. A. (Hunosa), se veía obligada a dar un giro de 180 grados a su filosofía si quería subsistir, ya que sabía que su actividad principal debía cesar en menos de una década. La compañía apostó por su transformación, que todavía sigue realizando, hacia una empresa de servicios energéticos a base de tecnologías limpias. Sin embargo, decidió que uno de sus pozos iba a convertirse en el mayor legado minero, un lugar donde experimentar y conocer en primera persona el trabajo de los picadores, barrenistas o vigilantes. Y así, el pozo Sotón, ponía en marcha en 2015 las visitas guiadas al interior de la mina. Casi una década más tarde, y con numerosos proyectos en torno a la explotación, Hunosa ha planteado el último: un viaje en una locomotora de vapor.

El pozo Sotón, ubicado a caballo entre El Entrego y Sotrondio, ha supuesto un antes y un después en la recuperación patrimonial de Hunosa. Y es que hasta que se abordó el plan turístico en este espacio, la hullera pública había apostado por el sector energético como pilar de su reconversión. Así, por ejemplo, de las entrañas del pozo Barredo, en Mieres, se creó una red de geotermia que suministraba agua caliente al hospital Álvarez-Buylla, y que ahora ya lo hace a varios puntos de la ciudad, incluidas viviendas.

Pero para el Sotón, Hunosa tenía otros planes. Convirtió este pozo en la primera mina real visitable del mundo. Los turistas, siempre guiados por personal y mineros de Hunosa, recorren durante cinco horas las galerías del pozo, a más de medio kilómetro de profundidad en algunos puntos. Siempre ataviados con los emblemáticos monos de Hunosa (ya más modernos que la característica vestimenta íntegra de color azul de finales siglo pasado), los visitantes bajan por la jaula y a partir de ahí recorren varias galerías y plantas donde se les va explicando la labor que hacían de los mineros.

Un mujer observa las lámparas en el Centro de Experiencias y Memoria de la Minería en el Sotón.

Un mujer observa las lámparas en el Centro de Experiencias y Memoria de la Minería en el Sotón. / A. Velasco

Aunque la visita al interior de la mina es la experiencia más llamativa, no es la única actividad que se puede realizar en este pozo, declarado Bien de Interés Cultural. Porque Hunosa ha convertido al Sotón en un centro turístico, de encuentro, de ocio. Así, también se ubica, en la antigua Casa de Aseos del pozo, el Centro de Experiencias y Memoria de la Minería. Y en el exterior, en la plaza, el memorial que recuerda y homenajea a los mineros fallecidos en accidente de trabajo.

Pero Hunosa ofrece aún más actividades para quienes quieran vivir una experiencia integral. El pozo Sotón acoge también sesiones de "scape rooms", oferta cumpleaños infantiles e incluso ha albergado conciertos, ferias y eventos. El pozo minero que fue se ha convertido en un espacio multifuncional especialmente dirigido al ocio.

Llegada

Y por si esto fuera poco, en los próximos meses se incorporará una nueva actividad. Y es que la empresa está restaurando una de sus antiguas locomotoras de vapor para utilizarla en el entorno del Sotón y crear allí un tren minero. Los trabajos de rehabilitación de la máquina marchan a buen ritmo, y la empresa tiene previsto presentar el proyecto en la Feria de Turismo Minero (Fetumi), que organiza en el propio pozo.

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