Mieres, cantera de médicos: el área sanitaria del Caudal forma a facultativos y enfermeros de familia

El hospital de Mieres cuenta hoy con 30 residentes tras perder la docencia en 2018 y recuperarla un año más tarde

Cristian Jiménez, residente de primer año, en una consulta del centro de Salud Mieres Sur. | A. Velasco

Cristian Jiménez, residente de primer año, en una consulta del centro de Salud Mieres Sur. | A. Velasco

Andrés Velasco

Andrés Velasco

En el año 2017, una modificación introducida por el Gobierno central en los criterios para que un hospital pudiera contar con residentes supuso un duro varapalo para el Álvarez-Buylla de Mieres: tras décadas formando médicos y se quedaba sin esa posibilidad. Un hecho que provocó las protestas no solo de la comunidad sanitaria, sino también de la esfera política, social y vecinal. Y así, tras pasar 2018 en blanco, la comarca del Caudal recuperaba la formación en 2019 con la llegada de nuevos estudiantes tanto al programa MIR (Médico interno residente) como al EIR (Enfermero interno residente). Ahora, en el décimo aniversario del traslado del hospital a Nuevo Santullano, también se cumplen cinco años desde la recuperación del programa de formación, en el que ahora mismo se encuentran inmersos 30 médicos y médicas y 5 enfermeras.

Blanca González es la Coordinadora de Equipos de Atención Primaria del área Sanitaria VII. Señala que la recuperación de la docencia fue muy positiva para el Caudal. "Tener gente joven o gente nueva siempre es muy bueno, porque hace que toda la comunidad sanitaria se enriquezca unos de otros, se dinamicen, y siempre se esté en constante aprendizaje", apuntaba la responsable sanitaria. Unos residentes que llegan al área VII para rotar durante cuatro años tanto en los centros de salud de la comarca con en las diferentes especialidades de la cartera de servicios del hospital Vital-Álvarez Buylla. Blanca González pone además en relieve el hecho de que "todos los centros de salud de la comarca están acreditados para la docencia, de forma que los residentes pueden ver también pacientes en las zonas más rurales, algo que en otras zonas no podrían hacer". Además, para completar su formación, los médicos internos residentes pueden también rotar en alguna especialidad fuera de Mieres, de Asturias o incluso de España. "Si hay algún médico que quiere rotar, por ejemplo, en la Unidad de Quemados del hospital de Getafe, podría solicitarlo", explica.

Según detalla la responsable de equipos de área VII, ahora mismo hay 30 médicos residentes: 6 médicos de primer año (R-1), otros tantos de segundo y tercer año (R-2 y R-3), y doce residentes de último año (R-4). Una circunstancia, esta última, que viene derivada de la pandemia: "Por culpa del covid, en aquel año los estudiantes empezaron unos meses tarde, así que en vez de acabar en mayo la residencia, la acabarán este septiembre, y por eso ahora todavía tenemos los de aquella promoción con nosotros". Además, en el área del Caudal también se forman cinco residentes de enfermería (EIR), programa que por primera vez llegaba a Mieres hace cinco años.

La presencia de estudiantes en el área sanitaria es también una forma de mostrar lo que puede aportar el valld del Caudal a los médicos para que cuando terminen su formación quieran quedarse a trabajar en la comarca, algo que, por otra parte, está sucediendo: "Estamos viendo como muchos médicos que hicieron aquí la residencia, después de trabajar fuera, quieren volver a con nosotros y se van incorporando", explica Blanca González.

Protagonistas

Uno de esos residentes que han decidido formarse en Mieres es Cristian Jiménez, un estudiante tinerfeño de primer año de residencia, que llegaba hace un par de meses al hospital. Tímido pero sincero, explica que escogió Mieres por una razón climática. "No conocía esta área. Vine buscando un sitio frío, estaba cansado del calor de Canarias y busqué climogramas del Norte de España, y me salió Mieres", explica el estudiante. "Después me puse en contacto con residentes que estaban o habían estado aquí, y me hablaron muy bien del trabajo, de las guardias y así acabé convencido", apunta Jiménez. "Llevo dos meses, pero si tuviera que recomendar a alguien venir a hacer aquí la residencia no me lo pensaría", indica el joven.

Tampoco medicina de familia y comunitaria era su primera opción, pero la elección ha terminado siendo la correcta. "Siendo sinceros medicina de familia no era mi primera opción, pero al no llegar a las que quería, era mi tercera opción y fue la que elegí", explica, para agregar que "en estos dos meses la verdad es que me doy cuenta de que acerté con la decisión, porque vemos patologías variadas, no es siempre lo mismo, y hay más cosas que pasar consulta", explica.

Jiménez es una muestra de los estudiantes que hacen la residencia en Mieres. Además de agradecer el trato y el trabajo de su tutora, que Blanca González hace extensible al resto de los tutores de los residentes, Cristian González explica que un área comarcal y un hospital como el de Mieres les permiten ser los residentes protagonistas. "Cuando haces la rotación en una especialidad en un hospital comarcal lo ves todo de primera mano, eres el protagonista, al contrario que cuando lo haces un hospital mayor, que acabas detrás de los residentes de otros años, de los de la especialidad y eres el último en observar los casos".

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