Los vecinos de Barros denuncian el abandono que sufren desde hace 20 años

"Es irónico pero no se puede salir del Credine en silla de ruedas porque la acera es de un metro con una farola en medio", dicen

Estado del parque infantil de Barros. | LNE

Estado del parque infantil de Barros. | LNE

David Orihuela

David Orihuela

Los vecinos del distrito langreano de barros están cansados, hartos de que nadie les haga caso en sus demandas. Se sienten abandonados por las administraciones, tanto local como regional y dicen que llevan así más de 20 años.

El abandono tiene tintes de ironía. En Barros está el Centro de Referencia Estatal para Personas con Discapacidades Neurológicas (Credine) pero los usuarios, dicen los vecinos, no pueden salir del centro en silla de ruedas "porque lo primero que se encuentran es una acera de menos de un metro de ancho, con una farola en el medio, baldosas rotas y bordillos de 30 centímetros de altura".

Esa es solo una de las denuncias de unos vecinos que han visto como el parque infantil de Barros lleva diez años sin reparar mientras que cada cuatro años el gobierno de turno pone en marcha planes de mejora de los parques infantiles de Langreo. "Los niños de este pueblo tienen el mismo derecho que el resto de Langreo y lo mismo nos ocurre con la cancha en la que no se puede ni jugar un partido", afirman. Otra vieja reivindicación, que cumple dos décadas, es la reparación del argayu a la entrada del barrio de La Cortina, "que es inaccesible para los coches".

Los vecinos se sienten no solo abandonados sino también engañados por las administraciones.

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