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Cronista Oficial del Centro Asturiano

Tragedias en los montes de Laviana

Las muertes de vecinos de la zona de El Condao en 1939 y 1953 a causa de los lobos y el frío

El reciente homicidio de El Condado nos trae a la memoria otra muerte trágica ocurrida a un joven en el citado pueblo a primeros de enero de 1939, al parecer, devorado por los lobos. Catorce años más tarde -1953- otra tragedia sacudía el vecino pueblo de Soto Lorío al fallecer dos hermanos a causa de congelamiento.

En las largas veladas invernales de aquellos duros inviernos de otro tiempo, "caleciendo" en las cocinas, durante semanas de aislamiento por grandes nevadas, un tema muy recurrente era el temor a los lobos por su presencia cercana a las casas de los pueblos acuciados por el hambre. Era un aislamiento soportado sin mayores traumas. En los hogares había provisión de alimentos, velas, carburos, leña y carbón. A los que contabilizamos muchas décadas nos sorprende cuando se informa sobre incomunicación de pueblos por un día, faltas de luz o teléfono. Son otros tiempos. No tenemos la tolerancia a los exceso climáticos de nuestros abuelos. La mayor preocupación en otras épocas eran las nevadas tardías de marzo-abril por la falta de hierba para alimentar el ganado. Como decía, las historias truculentas de lobos en las reuniones familiares siempre estaban presentes. Sin embargo en Asturias apenas hay antecedentes de ataques de lobos a personas que causaran víctimas. Sí recuerdo un episodio narrado por Evaristo Casariego sobre la muerte por un lobo de un vecino próximo a Navelgas (Tineo) en el siglo XVIII. Por ello me sorprendió la lectura de un suceso infrecuente de otra muerte por un lobo en El Condao (Laviana) el día 3 de enero de 1939, una noticia qué conmovía a la zona alta del Nalón.

Dos jóvenes de El Condao (Laviana) de regreso de los montes nevados próximos al citado pueblo, al llegar a un cruce se separaron. Uno de ellos llegó sin novedad al Condado pero de su compañero no había noticias. Saltaron las alarmas e inmediatamente vecinos del pueblo se movilizaron para localizar al desparecido. Pronto encontraron un rastro de sangre y más tarde un trozo del pantalón que vestía y unos huesos triturados, según informaba la prensa de la época y continuaba la descripción del macabro hallazgo: "La escena de la tragedia desarrollada llenó de espanto a todos, pues no existía duda alguna que dicho joven había sido devorado por los lobos hambrientos que pueblan aquellas montañas". Se da la circunstancia que el joven fallecido se encontraba de vacaciones en casa de su familia en aquellas fechas navideñas. La tesis más razonable es que falleciese por congelación, accidente o causas naturales y su cuerpo pasto de las alimañas.

Otro suceso que conmovió la zona del Alto Nalón ocurrió en febrero de 1953 con ocasión de una fuerte nevada en Lorío (Laviana) que algunos vecinos veteranos recordarán. El día 15 de febrero, domingo, del citado año, dos hermanos José Manuel y Alberto Rodríguez de 19 y 17 años respectivamente en compañía de otro vecino, José Alonso de 22 años se dirigieron al lugar conocido como "Cuevas de la Huertas" a fin de recoger un rebaño de cabras desperdigadas por la nieve caída. El más joven, Alberto, se sintió indispuesto a consecuencia del intenso frío, perdiendo el conocimiento. En su traslado al pueblo, fallecía poco después. Idénticos síntomas de congelamiento empezó a notar su hermano José Manuel, falleciendo al poco tiempo. El otro superviviente, José Alonso, fue hallado con vida y atendido por el Doctor Llano integrante en la expedición de socorro, se recuperaría después de prestarle los primeros auxilios.

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