Gracias por tanto

Manuel Ángel Álvarez

Manuel Ángel Álvarez

Mi alcalde, mi amigo, mi segundo padre… Aníbal, nos dejas el corazón roto y sin palabras pero te vas por la puerta grande.

Lo hemos comprobado en las últimas horas: por aquí han pasado miles de personas para rendirte homenaje y acompañar a los tuyos. No había visto semejante demostración de cariño en mi vida.

Ha sido tan excepcional como merecida. Nada ocurre por casualidad, Alcalde…Tu despacho era la calle como siempre nos inculcaste y tu combustible, el apoyo que recibías todos los días de las vecinas y vecinos que siempre supieron reconocer tu honestidad, coherencia y humildad.

Mieres hoy está de luto. Y también Asturias. Aníbal fue un gran alcalde y mejor persona, supo convencer, no vencer, sumar, no restar.

Entregó lo mejor de sí a este concejo, sin escatimar tiempo ni energías. Y lo hizo hasta el último día, y doy fe de ello, aunque las fuerzas escasearan y la salud estuviera cruelmente quebrada.

Ya lo sabéis, defraudar era un verbo que Aníbal se negaba a conjugar. Trabajar a su lado fue un lujo y compartir amistad un privilegio. Lo quise como a un padre y él me trató siempre como a un hijo.

Nos enseñaste a no tener nunca miedo, a no dar ninguna batalla por pedida. Nos recordabas que las cosas más necesarias pocas veces son las más sencillas.

Nos regalaste tu experiencia y sabiduría, tu olfato e intuición, tu compromiso inquebrantable y la coherencia como forma de vida.

Aquí está reunido un pueblo humilde y orgulloso, cuya historia está escrita con cicatrices, para rendirte un sentido homenaje.

Y lo hacen con aplausos y ese atronador silencio que son muestra inequívoca de enorme respeto y admiración que solo unas pocas personas, cada mucho tiempo, logran conseguir.

Aníbal. Hoy hay cientos de personas que quieren decirte una cosa: "Gracias por todo y por tanto", alcalde. Siempre serás mi alcalde, siempre estarás conmigo y yo con tu familia.

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