Opinión

Fiestas en Sotrondio, 1974

Las preguntas que hace medio siglo se hacía Rosalino Orviz

Las fiestas tradicionales ofrecían antaño un álbum que no solo era un complemento literario, sino el programa festivo de los días grandes para recreo del todo Sotrondio y de los visitantes que nos honraban con su presencia.

Y dentro del complemento literario había una crónica que destacaba. Se titulaba "¿Qué será de Sotrondio dentro de cincuenta años?", un escrito firmado por el inolvidable Rosalino Orviz y que repetimos con motivo de los días de fiesta del año 2024.

"No deja de ser interesante la pregunta. Ni tampoco carece de intención. Pero ¿quién se atreve con ella? No es nada la cuestión que ella plantea, ¿qué será de Sotrondio dentro de medio siglo? ¿Qué ocurrirá de aquí a ese límite de cincuenta años? Nadie puede saberlo. Dios y nadie más.

"Si pensáramos que todo evolucionara con normalidad, con justa lógica podríamos aventurar el comentario y diríamos...

"Diríamos que nuestro querido Sotrondio sería entonces una villa hermosa, moderna, quizás con una gran vitalidad industrial y cuantioso censo de población. Soberbios edificios, amplias avenidas, muchos centros de enseñanza, parques y jardines y hasta un club deportivo en categoría nacional, si es que para entonces sigue existiendo este fútbol negocio que trae a todo el mundo de cabeza.

"Siguiendo con los malabarismos de nuestra imaginación, guiada por el cariño a nuestro pueblo se nos antoja, que Sotrondio, en un avance arrollador, contaría con cuanto el progreso pueda crear. También pensamos que para estos albores del año dos mil, cuando lleguemos, (Dios lo quiera) a esa meta, después de cabalgar sobre 9.275 días aproximadamente, habrá más compresión entre sus hombres, más entendimiento y sobre todo mejor buena fe. Pensamos y deseamos que nuestros hijos sean, en lo que a Sotrondio se refiere, un poco mejor que sus padres y sepan laborar con más interés, sin prejuicios y falsas vanidades, por el prestigio de su patria chica.

"Esto es, al menos, lo que quisiéramos para nuestra querida villa, una inmensa ciudad con personalidad suficiente para dejarse oir de una manera rotunda por todos los lugares. Pero todo tiene su contrapeso, su lado feo, su contrapartida. Y Sotrondio, ¡cómo no!, también las tiene, y que se bastan para frenar nuestras justa ambiciones para imaginar un Sotrondio futuro. Porque Sotrondio tiene en sus entrañas la razón de su superviviencia, el motor impulsor hacia grandes posibilidades de un mañana no lejano en la vida de los pueblos. Pero si sus entrañas grandiosas y pródigas se convirtieran en estériles, si desaparecieran del vientre de sus montañas el negro tesoro, ¿qué sería de Sotrondio? Quizás inclinará su marcha hacia la muerte, perdiendo vitalidad y vigor para tornarse en un pueblo anodino, oscuro muerto.

"Ocurra lo que sea, los sotrondinos, los hombres de hoy y de mañana, jugarán un gran papel en el futuro de nuestro pueblo. La suerte de Sotrondio está en manos de Dios y de los sotrondinos. Dicen los holandeses que ‘Dios hizo el mundo y los holandeses, Holanda’. Piensen en ello profundamente los sotrondinos, ya que no hay duda de que los hombres juegan baza primordial en el destino de los pueblos.

"Sotrondio, a finales del año 74, es una villa que nos ofrece un aspecto casi dormido y sin vida; unidos deberemos conseguir que de la misma forma en que entró en letargo, salga del mismo y hagámosla caminar hacia ese futuro inmediato, tomemos este lapso de tiempo en que ha estado dormido, como la significación de unas cortas vacaciones en su larga y ajetreada historia. Pero, ¡eso sí!, consigamos que de nuevo vuelva a crecer y que avance como siempre sin parar. No va a detenerse ahora en este pequeño respiro, que es de medio siglo.

"De todas formas me agradaría, en verdad, conocer ese Sotrondio del año dos mil.

"R. O. R. Chirente, a 6 de julio de 1974".

Recordamos también el programa de Festejos de 1974. Hubo carrera de karts en la plaza; VI Concurso Provincial de Echadores de Sidra; verbenas amenizadas por las orquestas "Pocovi", "Embajadores del Jazz" y "Mayke"; carrera de cintas a caballo; yincana automovilista, Día del Niño y remate final con el Baile de la Sociedad.

Y como colofón, la Comisión ofrecía el buen deseo de que todo Sotrondio pasará unos días felices. Lo mismo que deseamos en este año 2024.

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