Opinión | Desde la Meseta

Una carta te escribo

Las viejas y las nuevas formas de comunicarnos

Es raro hoy escribir una carta, porque el tener un medio cómodo de comunicación, como poseer simplemente un móvil o una tableta y que nuestro mensaje llegue en cuestión de segundos al otro extremo del mundo, ya resulta normal. Antes, tiempos ha, debíamos tener papel, pluma o bolígrafo, sobre y comprar el sello adecuado a la distancia de su dirección. ¿Se acuerdan? No hace tantos años. Y cuando enviábamos una carta a Cuba, por ejemplo, cómo la hacíamos llegar por avión: comprábamos papel y sobre muy finos, evitando el peso. Pero lo dicho, hoy me trato con gente de Norteamérica y de Cuba y en diez minutos, por marcar una distancia, nos contamos nuestras vidas en ida y vuelta.

Sin embargo, hay quien escribe auténticos dramas a sus seguidores, valga la redundancia, a fin de que le sigan. En tanto que otro, más torpe que el primero, llamó por teléfono a sus seguidores para recomendarles…que sé yo, porque a mí ni me escribieron ni me llamaron. Claro, yo no pertenezco a su equipo al no estar afiliado al partido.

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