Opinión | A contracorriente

Orgullo y sentimiento

El significado de la victoria de la Roja, más allá del fútbol

El fútbol es justo y así se ha demostrado en esta Eurocopa de Alemania donde España, con su juego, su estrategia y su talento, ha alcanzado el Olimpo deportivo con su victoria final ante Inglaterra, la pérfida Albión que diría Napoleón.

Con este campeonato, la selección española de fútbol, bajo la batuta de Luis de la Fuente, alcanzó el título europeo con un impacto sobresaliente e insuflando ánimo y moral a un país necesitado de orgullo y sentimiento. Y la alegría con la victoria final no se hizo esperar, y las calles y plazas españolas abarrotadas de público entusiasta que gritó con locura esta inmensa gesta. El "¡España! ¡España!" sonó como un estruendo por el firmamento español. Ante tanta confrontación y disputas políticas, la selección española actuó de bálsamo imprescindible para unir a todo un país, y con su fútbol alegre y atrevido se reveló como el mejor grupo de esta Eurocopa, superando a fuertes rivales y logrando, doce años después, otra gran victoria española.

Bien por España, con un artífice principal que no fue otro que su entrenador, el riojano de Haro, Luis de la Fuente. Hombre tranquilo, sosegado, de fuertes convicciones morales, de ideas claras y muy aplicado, supo conformar un equipo joven, animoso y seductor que encandiló a los aficionados nacionales y sorprendió por su estilo e ímpetu deportivo a los amantes del buen fútbol. Y en el Olímpico de Berlín, España, con su desparpajo y trato con el balón, derrotó a toda una selección inglesa y la dejó hundida en sus pretensiones de alcanzar la victoria. Por momentos y durante el lance, me acordé de aquel marino y militar español como fue Blas de Lezo en su enfrentamiento bélico con la poderosa armada inglesa en Cartagena de Indias –Colombia– y su sorprendente victoria contra la pérfida Albión –siglo XVIII– en una batalla que por la superioridad inglesa en barcos y ejército parecía decantarse por el lado británico. No fue así, y con una magnifica defensa de la ciudad amurallada y una estrategia bélica imposible, Blas de Lezo –muy limitado físicamente– y sus hombres, infligieron a la flota inglesa una derrota que hoy todavía la recuerdan con vergüenza, miedo y vómitos. Es una comparación para apuntar la fuerte rivalidad entre España e Inglaterra a lo largo de la historia. Dos naciones que estaban condenadas a entenderse por ese afán imperialista de ambas, pero que en esa intrahistoria los retos y la confrontación fueron el nexo de unión en sus dominios.

Y en el caso deportivo, España venció a Inglaterra, y el fervor patrio ante esta realidad llevó a un país a creer más en sí mismo y pensar que somos una gran nación que a pesar de los problemas políticos, económicos y sociales sabemos de nuestra condición mediterránea, que buscamos superar diferencias y convertirnos en habitantes ejemplares de un país llamado España. La Roja, con este gran triunfo deportivo nos hace mejores, nos hace reflexionar y nos hace más felices con el objetivo de unirnos mucho más y olvidar esa crispación que parece estar fijada en nuestras vidas. ¡España más que nunca!

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