“Si no tienes paciencia, en el tiro no tienes nada que hacer”

Los tres comparten equipo, el Club Principado. Y los tres comparten una pasión para la que no importa la edad: el tiro olímpico. “Lo importante es la paciencia”, coinciden. Son tres brillantes tiradores asturianos. Dos ovetenses –Martín Castro Masaveu (1965) y Alejandro Arévalo (2000)– y un veterano gijonés, Joaquín Meana (1945). El trío de tiradores se sienta con LA NUEVA ESPAÑA para reflexionar sobre una disciplina que, aunque minoritaria en el Principado, presume de salud: más de 3.500 licencias y éxitos en casi cada torneo.

–¿Por qué empezaron a tirar?

Alejandro Arévalo (A. A.): Empecé porque mi padre tiraba y me llamaba la atención. Me gustó nada más probarlo y seguí. Cuando di el primer tiro tenía 14 años.

Martín Castro Masaveu (M. C. M.): En bastantes casos se empieza por vinculación familiar. Mucha gente tira por sus padres y por sus abuelos. Lo mío fue un poco por casualidad, aunque mi padre había tirado. Un día, hace once años, estaba en un hotel donde estaban tirando y me apunté. Me gustó y empecé a dar clases. A partir de ahí, seguí.

Joaquín Meana (J. M.): Yo empecé en un club que hicieron junto a mi casa, el Sogito. Había una cancha a cien metros de mi casa y me dejaron tirar. Tenía 25 años y tengo ahora 75. Vaya sí me gustó.

–¿Hacen otros deportes?

A. A.: Yo jugué a fútbol, hago surf y también parkour. Pero el tiro es diferente, aprendes otras cosas, sobre todo a gestionar ciertos sentimientos.

M. C. M: Además de la propia autorrealización, el hecho de estar entrenando y compitiendo hace que te olvides de todo lo demás. El estrés diario pasa a otra ventana. En el tiro, el 80 por ciento es lo mental.

J. M.: Esa es la base principal. Cuando tiras te olvidas de todos los problemas.

–¿Cómo lo compaginan con su vida diaria?

M. C. M.: Como podemos… No somos profesionales. Yo vivo en Oviedo, pero por trabajo viajo mucho a Madrid. El otro día llegué de Madrid a las 15.30 y a las 16.00 ya estaba entrenando.

A. A: Yo estudio Física y lo compagino como puedo. En época de exámenes entreno algo menos.

J. M.: Yo compito cuando quiero: estoy jubilado.

–¿Hay rivalidad?

J. M.: Hay mucha rivalidad en casi todas las competiciones. Mira, los que somos tiradores queremos ganar siempre. Yo mantengo la misma ilusión de siempre. Hace dos años fui a Murcia, a Granada, a Logroño. Yo antes los sábados y los domingos iba a todas las tiradas.

M. C. M: Hay mucha piquilla. Para mí un momento importantísimo fue el campeonato de Europa de pistola libre en Bolonia, en 2010. Significó estar con los mejores de Europa tirando y fue muy especial. Son los mejores del mundo, junto con los coreanos y los chinos. Fue un orgullo y la culminación a unos años de entrenamiento. Fue el premio a la constancia y a renunciar a muchas cosas. Salir de noche, ir a un restaurante a cenar o irme con mi mujer a cualquier sitio.

–¿En cuántas modalidades compiten?

M. C. M.: La mía es pistola libre y neumática.

A. A.: Yo neumática y pistola de velocidad.

J. M.: Yo compito en nueve. Y me gustan todas. Estándar internacional, nacional, fuego central, nueve milímetros, velocidad, libre y tres de neumática: neumática, de velocidad y estándar. En Asturias, cada vez hay más tiradores y afición.

–¿Cómo ven la evolución del tiro en Asturias?

M. C. M.: Noto constancia. Casi siempre ves un nivel similar de participantes. De vez en cuando ves gente nueva, aunque también echas a alguna de menos. La salud del tiro en Asturias está bien, es uno de los deportes con más licencias federativas y una de las disciplinas que más medallas trae a la región. Es un orgullo. Cuanta más gente venga a probar, mejor.

–¿Fue duro el covid, el confinamiento, los cierres de las instalaciones?

M. C. M.: Tuvimos unos meses en los que no podíamos ni venir a entrenar. Yo practicaba en casa, día sí y día no, con una diana. Luego abrieron para los deportistas de alto rendimiento. Ahora está algo más abierto.

A. A.: Me pasé la pandemia entrenando en casa, en seco, contra una pared. Luego abrieron un poco y ahora está bastante normal.

J. M.: Yo entreno muy poco, la verdad es que muy poco. Igual entreno un día a la semana, pero solo cuando hay competiciones. Si no, no voy. El tiro es más de cabeza que de otra cosa.

M. C. M: Discrepo, hay que entrenar. Yo si no estoy entrenando, lo noto. Me cuesta días recuperar la forma.

A. A.: Entrenar da la seguridad de ir a la competición mejor.

J. M.: Yo si entreno mucho hago menos puntos. Es que depende.

–¿Cuál es la clave para acertar?

A. A.: No distraerte con nada y pasar muchas horas.

M. C. M.: Desespera mucho, una de las cosas más importantes del tiro es la paciencia. Si no la tienes, no entres en el tiro. Sin ella no hay nada que hacer.

J. M.: Yo quiero ganar siempre, si no lo hago lo paso mal. Pero muy mal. No me quejo, pero yo mismo no me aguanto y por lo menos en tres o en cuatro horas no lo supero.

A. A.: Yo no tanto, pero si tiro mal me fastidia mucho.

J. M.: Los hay que les da igual, yo voy a ganar.

M. C. M.: Amor propio...

–¿Cuántas pistolas tienen en su casa?

A. A.: Yo dos.

M. C. M.: Yo cinco.

J. M.: Yo once.

Tres generaciones de tiradores

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