Luis Roberto Villar, oro a la antigua usanza

"Ese día vencí a la cabeza y saqué los puntos del rifle", cuenta el tirador, campeón del mundo de armas históricas

Luis Roberto Villar junto al fusil que le hizo campeón

Luis Roberto Villar junto al fusil que le hizo campeón

Noé Menéndez

El Club Principado de Tiro Olímpico está de enhorabuena. Luis Roberto Villar, uno de sus socios, acaba de ganar el campeonato del mundo de armas históricas en la especialidad Pennsylvania en el torneo disputado en Pforzheim (Alemania). Este tirador, afincado en León pero que se define como "un ciudadano del mundo", ha conseguido vencer en el campo de tiro más antiguo del planeta, un hito al alcance de muy pocos.

"Las armas históricas tienen muchas modalidades en función del tipo de arma, las distancias y demás variables. La categoría abarca todos los tipos de armas desde el siglo XVII hasta finales del XIX, ya que hay que poner un límite. El año 1899 es el tope máximo", cuenta Villar. Además, todas las armas se dividen en dos grupos: precisión y tiro al plato. Eso es similar al tiro olímpico, salvo que las históricas utilizan pólvora negra. "Al disparar sale mucho humo. Nosotros competimos con las armas de Piratas del Caribe", bromea. Todas las "herramientas" que se utilizan dentro de esta modalidad son armas originales de la época o reproducciones actuales pero fieles al primer modelo, utilizando los mismos materiales, lo que dificulta más la tarea respecto a las armas deportivas modernas.

Luis Roberto Villar consiguió el mundial con un rifle centroeuropeo de chispa, un arma que es austrohúngara. Aunque no se sabe con exactitud su fecha de fabricación, ya que en la época no se hacían registros como en la actualidad, Villar estima que su "compañero" es de finales del 1700. Hacerse con este tipo de fusiles no es una tarea sencilla, ya que "el mercado de armas en España está muy regulado y lo normal es que vayan pasando de unos tiradores a otros. A veces este tipo de modelos pueden aparecer en alguna armería que se dedica a la obtención de este tipo de armas en subastas, pero es muy raro. Lo más fácil es conseguir réplicas hechas hoy en día".

"He formado parte del equipo nacional. Éramos sobre 40 tiradores. En el campeonato participaron 22 países de todo el mundo. Había representantes de EE.UU., Canadá, Brasil, Sudáfrica y de toda Europa", comenta. La competición tiene 20 modalidades diferentes, de las cuales el tirador del Club Principado participó en cuatro, tres de ellas a 50 metros y la otra a 100. La primera de ellas fue fusil libre de chispa a 50 metros en posición de pie con brazo libre, fusil libre de pistón y fusil militar de pistón a 50 metros.

"Tenía buenas marcas, pero hay que llegar a Alemania y ese día dar lo mejor de ti", confiesa. "Todo el que llega a un mundial tiene mucha preparación. Hay gente que atraviesa medio mundo para pegar trece tiros a una diana", señala el leonés, que indica que la clave de su éxito es el entrenamiento que hizo antes de la cita. "Ese día vencí a la cabeza y saqué los puntos que tenía el rifle. Pensaba que podía estar ahí, quizás no tan alto, pero sí que me esperaba buenos resultados", sentencia.

El Club Principado de Tiro Olímpico está de enhorabuena. Luis Roberto Villar, uno de sus socios, acaba de ganar el campeonato del mundo de armas históricas en la especialidad Pennsylvania en el torneo disputado en Pforzheim (Alemania). Este tirador, afincado en León pero que se define como "un ciudadano del mundo", ha conseguido vencer en el campo de tiro más antiguo del planeta, un hito al alcance de muy pocos.

"Las armas históricas tienen muchas modalidades en función del tipo de arma, las distancias y demás variables. La categoría abarca todos los tipos de armas desde el siglo XVII hasta finales del XIX, ya que hay que poner un límite. El año 1899 es el tope máximo", cuenta Villar. Además, todas las armas se dividen en dos grupos: precisión y tiro al plato. Eso es similar al tiro olímpico, salvo que las históricas utilizan pólvora negra. "Al disparar sale mucho humo. Nosotros competimos con las armas de Piratas del Caribe", bromea. Todas las "herramientas" que se utilizan dentro de esta modalidad son armas originales de la época o reproducciones actuales pero fieles al primer modelo, utilizando los mismos materiales, lo que dificulta más la tarea respecto a las armas deportivas modernas.

Luis Roberto Villar consiguió el mundial con un rifle centroeuropeo de chispa, un arma que es austrohúngara. Aunque no se sabe con exactitud su fecha de fabricación, ya que en la época no se hacían registros como en la actualidad, Villar estima que su "compañero" es de finales del 1700. Hacerse con este tipo de fusiles no es una tarea sencilla, ya que "el mercado de armas en España está muy regulado y lo normal es que vayan pasando de unos tiradores a otros. A veces este tipo de modelos pueden aparecer en alguna armería que se dedica a la obtención de este tipo de armas en subastas, pero es muy raro. Lo más fácil es conseguir réplicas hechas hoy en día".

"He formado parte del equipo nacional. Éramos sobre 40 tiradores. En el campeonato participaron 22 países de todo el mundo. Había representantes de EE.UU., Canadá, Brasil, Sudáfrica y de toda Europa", comenta. La competición tiene 20 modalidades diferentes, de las cuales el tirador del Club Principado participó en cuatro, tres de ellas a 50 metros y la otra a 100. La primera de ellas fue fusil libre de chispa a 50 metros en posición de pie con brazo libre, fusil libre de pistón y fusil militar de pistón a 50 metros.

"Tenía buenas marcas, pero hay que llegar a Alemania y ese día dar lo mejor de ti", confiesa. "Todo el que llega a un mundial tiene mucha preparación. Hay gente que atraviesa medio mundo para pegar trece tiros a una diana", señala el leonés, que indica que la clave de su éxito es el entrenamiento que hizo antes de la cita. "Ese día vencí a la cabeza y saqué los puntos que tenía el rifle. Pensaba que podía estar ahí, quizás no tan alto, pero sí que me esperaba buenos resultados", sentencia.

Suscríbete para seguir leyendo