Opinión

No fue el día del Oviedo

No es que el Espanyol jugase mejor que el Oviedo ayer en Cornellá, simplemente fue más práctico en el partido más relevante de los azules de los últimos años. Y el Oviedo (que se quedó a las puertas del ascenso a Primera después de 23 años) no tuvo su día, sobre todo en ataque. En el segundo tiempo amenazó, sí, pero apenas golpeó. El portero catalán casi no tuvo que intervenir a lo largo del encuentro. Pero es que el Espanyol tampoco tuvo grandes ocasiones para marcar, excepto las dos de Puado que acabaron en la red de Leo Román. Y en la primera, en la que se convirtió en el primer gol de los de Barcelona, la defensa ovetense, y sobre todo Seoane, no actuó con la contundencia necesaria para evitar el remate fácil del delantero españolista.

Llevaba más o menos bien controlado el partido el Oviedo hasta los tres minutos aciagos del final de la primera parte, del 43 al 46, en los que los de Manolo González lograron los dos goles que les permitieron regresar a la división de oro del fútbol español. No obstante, aunque hasta ese momento los azules habían frenado con éxito a los peligrosos delanteros del Espanyol, también es cierto que se habían mostrado bastante apáticos a la hora de crear jugadas de peligro. Una vez más, los de Luis Carrión desperdiciaron un primer tiempo por falta de ambición, por mostrarse excesivamente cohibidos a la hora de dar un paso al frente en busca de la portería contraria.

La segunda parte fue otra cosa. Carrión vio en el descanso que era necesario revitalizar el equipo. Y lo hizo con dos jugadores de la casa, Borja Sánchez y, sobre todo, Abel Bretones. Ellos fueron los encargados de dar vidilla al Oviedo por la parte izquierda de la cancha. Por la derecha también lo hizo otro canterano, Viti, que se desfondó. Bretones pidió el balón una y otra vez y desbordó o centró balones peligrosos una tras otro, pero no fue suficiente, ya que la defensa del Espanyol se mostró muy segura durante todo el encuentro. El disparo más peligroso del Oviedo fue de Borja Sánchez ya al final del duelo, que atrapó en dos tiempos, con dificultades, Joan García, acosado por Bastón.

No se puede decir que el técnico carbayón se mostrara conformista. Para nada, puso todas sus cartas ofensivas sobre el césped del Stage Front Stadium. Para empezar, en el minuto 62 sustituyó a un centrocampista defensivo, como Luismi, por Santi Cazorla (quien, a pesar de sus problemas físicos de las últimas semanas, puso todo de su parte para intentar que el Oviedo marcase el gol que diese paso a la prórroga), y sacó a un goleador como es Masca por un agotado y fallón Dubasin. Por si fuera poco, en el minuto 76 dio entrada al delantero centro puro que le quedaba, Bastón, por otro hombre del centro del campo, un desdibujado Seoane, que ayer no se pereció en nada al de los anteriores partidos de los play-off.

Pero no pudo ser. En Cornellá salió cruz. Pero, así y todo, la temporada del Oviedo fue fantástica. Quién lo iba a decir cuando en las primeras jornadas andaba por el fondo de la clasificación. Hay base para que la próxima temporada también sea exitosa. El Oviedo ha demostrado que es un club con el que hay que volver a contar entre los favoritos para intentar dar el salto a Primera.

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