Opinión | En territorio comanche

La opinión sobre el Sporting y el Oviedo: La resistencia como sistema

Sobre el mercado de fichajes y el estilo de juego de Oviedo y Sporting

Entrenamiento del Sporting en Mareo

Entrenamiento del Sporting en Mareo / Marcos León

Andan los dos grandes de la madreñina "furgolística" a las carreras en busca de cerrar cuanto antes las plantillas con las que, se supone, tratarán de rematar lo que no hace muchas semanas quedó a medias: el ansiado ascenso. Ya se sabe que después de grandes chutes de adrenalina llegan peligrosos bajones. Esperemos, amiguinas y amiguinos, que, cuando a mediados de agosto empiece lo serio otra vez, la depresión se les haya pasado a las tropas de ambos lados del Potomac.

Por lo pronto, los que saben de esto aseguran que azules y rojiblancos ya tienen prácticamente perfilado el grueso del equipo, a la espera de que avance un poco más el mercado y se pueda pescar algún fichaje de relumbrón. En el caso del Sporting, la familia orlegiana busca un delantero de esos que ahora se califican de diferenciales. Vamos, uno que marque más goles que falle. Habrá que volver a tener fe después de las últimas malas experiencias.

En lo mismo anda el Oviedo, que necesita cubrir la baja de Borja Bastón, uno de los que este verano, al igual que Djuka y Fran Villalba, han conocido cómo funciona la multipropiedad. Hay que dar con el gusto del nuevo técnico de los carbayones, defensor del clásico 4-4-2. Por el contrario, Rubén Albés, que está apostando por reclutar para la causa a parte de la guardia pretoriana que tuvo en el Albacete, es del club del 4-3-3.

Ya en su día Torrecilla, ahora a los mandos de un equipo del Grupo Pachuca, trató de "modernizar" a los rojiblancos apostando por el estilo Barça. Aquello acabó como acabó. Aunque al final ya se sabe eso de que los sistemas los hacen buenos los jugadores y tal y tal. A ver si esta vez no hay mucha resistencia al cambio, que suele ser un clásico por estas latitudes, ¿oyisti, güey?

Suscríbete para seguir leyendo