Reducción directa de hierro y dos hornos eléctricos en Gijón y Avilés: así será la siderurgia de la próxima década

Los hornos altos de carbón serán remplazados por una planta de reducción directa de hierro con hidrógeno y por dos hornos eléctricos alimentados con renovables en Gijón y Avilés

Así será la siderurgia de la próxima década

Pablo Castaño

Pablo Castaño

Año 2032. Si la nueva hoja de ruta de ArcelorMittal se cumple, Asturias seguirá siendo un importante polo europeo de fabricación de acero pero sin altos hornos y sin emisiones de CO2 a la atmósfera. El hidrógeno y las energías renovables habrán sustituido totalmente al carbón en el proceso de transformación del mineral de hierro. De los nuevos hornos eléctricos de Gijón y Avilés saldrá acero verde.

La hoja de ruta del futuro de la siderurgia asturiana se estableció el pasado martes a 1.700 kilómetros de distancia de las fábricas asturianas. Fue en Davos (Suiza), el techo de las ciudades europeas con sus 1.560 metros sobre el nivel del mar. Un escenario para decisiones de altura. En una discreta sala del Davos Congress Centre, sentados en sillones de color beige, el presidente de ArcelorMittal, Lakshmi Mittal, y el presidente de España, Pedro Sánchez, acompañados del CEO de la multinacional, Aditya Mittal, y de la ministra de Industria, Reyes Maroto, acordaron ir más allá en el proceso de transformación verde de la siderurgia asturiana y, tal como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, apostaron por completar la descarbonización poniendo las bases para otra gran inversión en Avilés que se sumará a la de mil millones prevista para Gijón.

El esquema del futuro de la siderurgia asturiana fue rubricado un día después en una nueva reunión en Davos entre Adytya Mittal y Reyes Maroto. Ahora queda desarrollar el plan y financiarlo desde la colaboración público-privada. ArcelorMittal cuenta con el apoyo de los Gobiernos de España y de Asturias y con los fondos europeos. Sin embargo, hasta el momento, no hay confirmación de las partidas de la UE para poner en marcha el plan. La ayuda y los instrumentos de financiación está previsto que cubran el 50% de la inversión y ese esquema precisa de una autorización expresa de la UE para que no sea considerado ayuda de estado incompatible con el marco comunitario.

La vida útil del horno alto B acaba en 2032, pero la compañía no descarta apagarlo antes

Según señalaron fuentes del Gobierno de España, tanto Lakhsmi Mittal como Pedro Sánchez lamentaron en su encuentro la lentitud de la Unión Europea. Los plazos de la primera fase del plan son ajustados. La vida útil del horno alto “A” de Gijón finaliza en 2024 y para ese año la multinacional quiere tener lista su alternativa verde. El plan, valorado en mil millones de euros, pasa por la construcción de una planta de reducción directa de mineral de hierro (sistema DRI) con hidrógeno verde y un horno híbrido de arco eléctrico que utilizará como materias primas los prerreducidos de hierro fabricados en la planta DRI junto con chatarra. El horno eléctrico se alimentará con energías renovables y la planta de reducción directa utilizará hidrógeno verde producido por la alianza empresarial HyDeal España. En esa alianza participa como socio inversor ArcelorMittal junto con empresas como Fertiberia –que también precisa hidrógeno verde para su planta industrial en Asturias–, Enagás –el operador de transporte de gases– y DH2 –promotor de renovables–. El proyecto HyDeal España, presupuestado en más de 7.000 millones de euros, incluye una red de plantas de electrólisis alimentadas por parques solares en Castilla y León y Aragón y conducciones para transportar el hidrógeno verde que produzcan hasta las planta de ArcelorMittal en Gijón.

Sestao, sin emisiones

La planta DRI de Gijón tendrá capacidad para fabricar 2,3 millones de toneladas de prerreducidos al año, de los que sólo 1,1 millones serán consumidos por el horno de arco eléctrico previsto para Gijón. Otro millón de toneladas serán transportados por ferrocarril a la acería compacta de Sestao (Vizcaya), que tras su adaptación estará preparará para convertirse en 2025 en la primera acería del mundo con cero emisiones de carbono.

Esta descarbonización de las plantas de Gijón y Sestao, que permitirá recortar el 50% de emisiones de ArcelorMittal en España, fue anunciada en julio del pasado año por la familia Mittal y Pedro Sánchez en un acto celebrado en la factoría de Veriña. Su ratificación está pendiente del visto bueno de la UE al esquema de financiación y de las negociaciones entre empresa y sindicatos para abordar la reorganización laboral. Con la desaparición del horno alto “A” de Gijón también se extinguirá uno de los dos sínter, donde se prepara el mineral de hierro. Esas dos instalaciones, junto con la actual acería de Gijón, ocupan a mucho más personal del necesario para las nuevas instalaciones de producción de acero verde, que tendrán más procesos automatizados. Hasta que no haya acuerdo para el ajuste laboral, la dirección de ArcelorMittal no presentará el proyecto de descarbonización en el comité de inversiones de la multinacional, que periódicamente se reúne en Luxemburgo para aprobar definitivamente los proyectos.

Los sindicatos defenderán la construcción de una segunda planta DRI en Avilés

Esta primera fase de la transformación de la siderurgia asturiana, que afecta a toda la división de productos largos, aún no está ratificada. Sin embargo, ArcelorMittal y el Gobierno de España ya preparan el siguiente paso, que supondrá acabar con todas las emisiones al eliminar el otro horno alto de Gijón, el “B”, y descarbonizar la división de productos planos, cuya acería se encuentra en Avilés. La vida útil del horno “B” finaliza en 2032, pero la multinacional no descarta apagarlo antes en función del precio de los derechos de emisión de carbono. El comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ya ha propuesto adelantar el fin de los derechos gratuitos de emisión de 2036 a 2030, lo que, de ratificarse, metería más presión. Para remplazar el horno alto “B”, ArcelorMittal y el Gobierno de España planean ahora la construcción de un segundo horno eléctrico, pero este en Avilés. Se alimentaría, como el previsto para Gijón, de prerreducidos de mineral de hierro y de chatarra, y utilizaría energía renovable. Lo que está por detallar es de dónde se obtendrán los prerreducidos. Si se traerán de fuera de Asturias o si la planta DRI de Gijón dejará de abastecer a la acería compacta de Sestao, con lo que habría un margen de capacidad de 1,2 millones de toneladas para suministrar al futuro horno eléctrico de Avilés. En ese contexto, sindicatos con representación en la compañía ya han planteado que debería considerarse la opción de invertir en una segunda planta DRI en Asturias.

Un DRI y dos hornos

Con la hoja de ruta actual de una planta DRI en Gijón y dos hornos eléctricos alimentados por renovables –uno para productos largos en Gijón y otro para planos en Avilés– se descarbonizaría al 100% la producción de acero en Asturias y se garantizará el futuro de la actividad siderúrgica en la región. Eso sí, con las nuevas plantas se prescindirá de los dos hornos altos, de los dos sinter y quedarán al margen de las necesidades de la siderurgia asturiana otras instalaciones como el parque de carbones de Aboño o las baterías de coque de Gijón, cuyo mantenimiento de la producción pasará a depender de la venta al exterior. Además, difícilmente los nuevos hornos eléctricos podrán alcanzar la capacidad de producción conjunta de 5 millones de toneladas que tienen las actuales acerías de Gijón y Avilés. Será otra siderurgia. Más delgada y limpia.

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