Lo que gana y lo que pierde Asturias con el gran proyecto de acero verde

La descarbonización de Arcelor garantiza el futuro a la siderurgia asturiana y la llegada de hidrógeno para desarrollo fabril, pero reduce producción, empleo directo y tráfico granelero

Horno alto de ArcelorMittal en Veriña (Gijón).

Horno alto de ArcelorMittal en Veriña (Gijón). / JUAN PLAZA

Pablo Castaño

Pablo Castaño

A la industria siderúrgica asturiana no le queda más opción que "transformarse o morir", aseguró el presidente del Principado, Adrián Barbón. "Como no queremos morir, como queremos seguir siendo una comunidad industrial, vamos en el camino de la transformación", dijo Barbón tras entrevistarse el jueves con la ministra de Industria, Reyes Maroto, y ponerse al día sobre la conversación que dos días antes habían mantenido en Davos (Suiza) el presidente de España, Pedro Sánchez, y Lakshmi y Aditya Mittal. En la ciudad europea situada a mayor altura, los dirigentes de ArcelorMittal ratificaron que el ambicioso proyecto para descarbonizar la siderurgia asturiana sigue en pie a pesar del retraso en la aprobación de las ayudas europeas.

El plan incluye, en una primera fase, una inversión de 1.000 millones de euros para sustituir uno de los hornos altos de Gijón por una planta de reducción directa de mineral de hierro mediante hidrógeno verde (sistema DRI) que producirá prerreducidos para un nuevo horno híbrido de arco eléctrico que se instalará también en Gijón y para la acería compacta de Sestao (Vizcaya), que será acondicionada. Para una segunda fase se estudia la sustitución del otro horno alto de Gijón por un segundo horno híbrido de arco eléctrico que se instalaría en Avilés.

Con el uso de energías renovables, la cabecera siderúrgica de Asturias dejará de emitir CO2. Se producirá acero verde, libre de las crecientes penalizaciones que la Unión Europea impone a los grandes emisores de CO2 y vital para que los productos que fabrican otros sectores intensivos en el consumo de acero (construcción, automóvil, naval, maquinaria, electrodomésticos...) reduzcan su huella de carbono. El acero verde garantizará el futuro de la siderurgia asturiana y, a nivel local, también reducirá la polución.

Siderurgia integral verde

Siderurgia integral verde

El carbón será sustituido, como pareja del mineral de hierro en la producción de acero, por el hidrógeno verde y para traerlo a Asturias en cantidades industriales ArcelorMittal se alió con Fertiberia, Enagás, DH2 Energy y Soladvent. Formaron la alianza HyDeal España, que producirá hidrógeno a partir de energía solar en Castilla y León y la conducirá hasta Asturias a través del hidrogenoducto de la Vía de la Plata, que Enagás pretende que sea el primero de la red española.

En un principio, desde el Gobierno regional no se vio con buenos ojos que ArcelorMittal eligiera fuera de Asturias la solución para abastecerse de hidrógeno puesto que el propio Principado había impulsado una mesa del hidrógeno verde para poner en contacto a posibles productores y consumidores asturianos y en la región había proyectos potentes de generación como el de EDP para Aboño que podrían peligrar sin el consumo de la siderurgia. Sin embargo, una vez anunciada la decisión de Arcelor, desde el Gobierno regional se empezó a poner el acento en la importancia de que Asturias fuera una de las primeras regiones en tener garantizado un suministro de hidrógeno a escala industrial. Desde la dirección de ArcelorMittal en Asturias se destacó que el proyecto para producir acero verde, además de afianzar la actividad siderúrgica en Asturias –principal motor industrial de la región–, contribuir a la mejora medioambiental de la región y generar empleo y actividad con la construcción de las plantas, también sería un «imán para que Asturias capte empresas» que necesiten un suministro de hidrógeno. Nuevas empresas significan nuevos puestos de trabajo.

El término imán lo utilizó Philippe Meyran, director general del Cluster Asturias de ArcelorMittal, para destacar la capacidad de atracción del acero verde. Pero todos los imanes atraen y repelen, y esta no es la excepción. Las nuevas plantas traerán una mayor automatización de procesos y con ello una menor necesidad de personal. Las primeras estimaciones apuntan a un recorte de unos 900 empleos directos de los cerca de 5.000 que tiene la compañía siderúrgica en Asturias. Además, la capacidad de producción de acero de la siderurgia asturiana se reducirá en cerca de un millón de toneladas fruto de la menor capacidad del futuro horno eléctrico frente a la actual acería de Gijón y del trasvase de producción al País Vasco, a la acería compacta de Sestao.

La menor producción y el fin del uso del carbón siderúrgico también tendrá efectos en los tráficos de materias primas y de productos, sobre todo en los puertos de Avilés y Gijón. Este último es el principal puerto de España en movimiento de graneles sólidos. Los carbones térmicos y siderúrgicos son la principal mercancía que se mueve en El Musel y la descarbonización de ArcelorMittal le obligará a reconvertirse para mantener el volumen de tráficos. «Transformarse o morir», que diría Barbón. 

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