Asturias es la región que precisa más energía para generar una unidad de PIB

El Principado triplica la media española de consumo y se distancia también de la siguiente comunidad debido a la especificidad de su estructura fabril

La energía tiene un elevado peso en el sector industrial asturiano

La energía tiene un elevado peso en el sector industrial asturiano / Archivo

Asturias es la región española que precisa consumir una mayor cantidad de energía para producir una unidad de valor añadido bruto (VAB) o unidad de producto interior bruto (PIB). Así se desprende del último informe sobre la economía asturiana elaborado por BBVA Research a partir en este caso de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según BBVA, Asturias casi triplica el consumo de energía total por unidad de PIB respecto a la media española (cerca de 35 euros frente a casi 12) y supera en más de 10 euros a Cantabria, que es la segunda región con mayor intenidad energética. En el caso específico de la electricidad –una de las fuentes energéticas dominantes–, se mantiene el liderazgo muy destacado de Asturias, que más que duplica el promedio nacional.

En general, casi todo el norte español precisa más energía para el desarrollo de su economía, lo que guarda relación directa con su estructura productiva y su mayor especialización industrial frente a las regiones con una contribución muy superior de los servicios, el turismo y otras actividades de menor consumo. Tras Asturias y Cantabria, las siguientes comunidades con mayor dependencia del abastecimiento energético son Navarra, País Vasco, Aragón y Galicia, por este orden. En el extremo contrario, Madrid, Canarias y sobre todo Baleares son las regiones con menor dependencia por su alta focalización en las actividades terciarias.

El liderazgo asturiano –muy relevante por el gran peso en su economía de los sectores fabriles electrointensivos y la acusada presencia de otras industrias de alto consumo de energías fósiles como el gas natural– hace a la región más vulnerable que el resto en situaciones –como ocurrió a partir de mediados de 2021– de encarecimientos bruscos y prolongados de la energía, dada la gran afectación que este fenómeno entraña para la estructura de costes de su aparato productivo.

Intensividad en el uso de la energía en 2022.

Intensividad en el uso de la energía en 2022. / LNE

En realidad, la dependencia asturiana de la energía es doble al concurrir a su vez el elevado peso que la industria energética aún tiene en el producto interior bruto (PIB) del Principado, lo que supedita el crecimiento económico regional –en mayor grado que en otras autonomías– a la evolución de los precios y la demanda nacional de energía.

Asturias es la sexta región más industrial de España, con una contribución del sector fabril al PIB de la comunidad ligeramente superior al 20%, con lo que cumple el gran objetivo de la UE para Europa. Pero, si se prescindiera del subsector energético, la industria asturiana se quedaría por debajo del 15% del PIB de la región y Asturias caería a la décima posición, que es la que ocupa por empleo industrial, dado que el sector energético no es muy intensivo en puestos de trabajo.

Esta relevancia energética se produce a pesar de que Asturias ha vivido el cierre de dos de sus centrales térmicas: Lada y Soto de la Barca. Aun así, Asturias, tradicional exportadora de energía al resto de España, sigue siéndolo, salvo en determinadas circunstancias, como ocurrió en abril de 2023 y en febrero pasado, cuando la intensa generación de las energías eólica y fotovoltaica –coincidiendo con circunstancias atmosféricas favorable para estas fuentes renovables– acaparan el abastecimiento y hunden los precios mayoristas, desplazando a los ciclos combinados y a las residuales centrales de carbón de Asturias por sus costes más elevados.

Según los datos de la Encuesta Industrial de Productos que el INE difundió esta semana, Asturias es la cuarta región en la que la energía más contribuye a la producción industrial del territorio, con una aportación del 12,5% frente al 4,8% de promedio español. A Asturias sólo la superan Canarias (35,5%) y Baleares (20,6%), en ambos casos no tanto por la relevancia de la energía en términos absolutos como por la baja representación del resto de las actividades industriales, dada su especialización turística.

Por delante de Asturias también se sitúa Extremadura (22,7%), en este caso también por su menor perfil fabril que Asturias, pero sobre todo por la notable presencia que el sector energético tiene en su territorio. No hay ninguna otra región, salo estas cuatro, en la que la energía represente un porcentaje de doble dígito en el conjunto del sector secundario, y esto sí es muy relevante en el caso asturiano, donde otros subsectores industriales tienen gran relevancia y disputan el protagonismo al energético: la producción, primera transformación y fundición de metales suponen el 32,2%; la industria alimentaria, el 13,5% y los productos metálicos, el 12,3%.

Con una aportación de Asturias al PIB español del 1,94%, la región representa el 3,5% de la producción nacional de electricidad, gas y vapor.

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