El efecto que la minería (casi seis años después del cierre de los pozos) tiene todavía en las pensiones de los asturianos

El Principado es la autonomía con mayor tasa de población de más de 50 años que cobra pagas de jubilación debido a los retiros anticipados del carbón

La minería asturiana aún pesa en las pensiones

La minería asturiana aún pesa en las pensiones / LNE

Pablo Castaño

Pablo Castaño

En la lápida de la minería asturiana del carbón figura la fecha del 31 de diciembre de 2018. Era el tope de vida que había fijado la Comisión Europea para las explotaciones mineras que habían recibido ayudas a la producción. Seis años después, en Asturias solo queda la actividad residual del pozo San Nicolás de Hunosa, vinculado a la central térmica de La Pereda, y 885 trabajadores dados de alta en la Seguridad Social en el régimen especial del carbón. Sin embargo, la mina sigue teniendo mucho peso en las pensiones. Se nota en el importe medio, porque los pensionistas asturianos son, tras los vascos, los que reciben las pagas más altas (con una media de 1.465 euros al mes) y, sobre todo, se nota en las jubilaciones anticipadas.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar el módulo sobre pensiones y participación en el mercado laboral correspondiente a 2023 de la Encuesta de Población Activa (EPA). En ese módulo se analiza la población que en 2023 tenía entre 50 y 74 años para comprobar el efecto de las jubilaciones anticipadas o de los retrasos en la edad de jubilación sobre el cobro de pensiones.

Asturias tenía el pasado año 391.600 personas de entre 50 y 74 años y de ellos, según la encuesta del INE, 121.900 recibieron alguna pensión de jubilación. El porcentaje es del 32,30%, la tasa más alta entre todas las comunidades autónomas y ocho puntos más que la media en España, que es del 24,15%. La tasas más cercanas a la de Asturias son las de País Vasco (28,93%) y La Rioja (28,22%), y hay comunidades autónomas que no llegan ni al 20%, como es el caso de Canarias (19,53%) y de Extremadura (19,59%).

Las altas tasas de pensionistas en la población de entre 50 y 74 años de Asturias se debe al peso que tenía la minería del carbón y a las jubilaciones anticipadas a las que accedieron sus trabajadores.

Hay que tener en cuenta que no es lo mismo una prejubilación –a la que se acogieron también miles de mineros en Asturias con los planes de ajuste del sector– que una jubilación anticipada. En el primer caso es una acuerdo entre empresa y trabajador que es ajeno al Sistema de Seguridad Social y por el cual el empleado pasa a ser parado con derecho a prestación de desempleo –si cumple los requisitos para ello– y además puede cobrar un porcentaje de su salario habitual. Por su parte la jubilación anticipada es la posibilidad de cualquier trabajador –que cumpla una serie de requisitos– de percibir una pensión pública de jubilación antes de la edad legal de jubilación (que en 2023 era de 66 años y 8 meses para quienes hubieran cotizado menos de 38 años y 3 meses y de 65 años para quienes hubieran cotizado más).

Coeficientes reductores

La edad de jubilación anticipada puede ser rebajada en aquellos grupos o actividades profesionales cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, peligrosa, tóxica o insalubre y acusen elevados índices de mortalidad. Es el caso de la minería, a cuyos trabajadores se les aplican coeficientes reductores –en función del tiempo efectivamente trabajado y de las categorías y de las especialidades profesionales– que no pueden dar lugar a que el trabajador pueda acceder a la pensión de jubilación con edad inferior a 52 años. Pero en el caso de los trabajadores del régimen especial de la minería del carbón ese límite incluso puede superarse.

El peso que tenía la minería del carbón en Asturias provocó que la tasa de jubilaciones anticipadas fuera muy alta y eso aún se nota en las estadísticas del INE que analizan el cobro de pensiones de jubilación entre los 50 y los 74 años. Asturias sobresale por una actividad que ya es pasado.

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