Melón abierto en Cataluña

Génova ve que la financiación catalana consolida a sus barones y complica la recuperación territorial del PSOE

El PP exprime la negociación entre PSC y ERC convencido de que es un tema "muy sensible" que pasará factura a la recomposición de los socialistas en la mayoría de CCAA

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a la secretaria general, Cuca Gamarra, y algunos de sus presidentes autonómicos en el Congreso.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a la secretaria general, Cuca Gamarra, y algunos de sus presidentes autonómicos en el Congreso. / Eduardo Parra

Paloma Esteban

La financiación autonómica vuelve a la primera línea del debate político. A la espera de que la negociación entre el PSC y ERC para un acuerdo en Cataluña se concrete, el PP se prepara para dar una respuesta de todas sus comunidades autónomas contra lo que ya llaman “privilegio absoluto”, convencidos de que sus territorios se verán perjudicados. Pero en la estrategia de fondo hay bastante más. 

La dirección nacional del PP deja en manos de los presidentes autonómicos las acciones futuras -todos salieron en tromba denunciando las conversaciones bilaterales y exigen la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera como el único foro donde se puede abordar ese asunto- pero ya apuntan a que se trata de un tema “muy sensible” que puede ser “demoledor” para las propias federaciones socialistas en el resto de España.

El Gobierno, de hecho, trató de calmar los ánimos de sus propios dirigentes -y también de sus socios- insistiendo en que esa financiación singular catalana es “compatible” con el régimen común. Y que la negociación multilateral prevalecerá atendiendo a todas las singularidades. Un mensaje que el PP ve “contradictorio" y que piensa exprimir al máximo en todas sus comunidades, precisamente en un momento en el que el PSOE aspira a una recuperación territorial.

Las elecciones europeas del 9 de junio volvieron a teñir de azul prácticamente el mapa de España. Las excepciones fueron Asturias, Navarra, Canarias y Cataluña, convertida ya en la mayor fortaleza de los socialistas. Incluso en Castilla-La Mancha, gobernada por el PSOE de Emiliano García-Page, el PP fue la fuerza más votada. Un síntoma claro, según analizan en Génova, de que sus barones territoriales están “cada vez más consolidados” en comunidades clave como Andalucía o Madrid, pero también en otras como Extremadura (considerada socialista), la Comunidad Valenciana o Aragón, donde la diferencia sobre los socialistas fue muy amplia.

En el Ejecutivo consideran, precisamente, que el hecho de tener solo dos presidentes autonómicos (el caso de Navarra no cuenta en este sentido por su régimen foral) favorece el debate sin que se produzca una gran penalización para el PSOE. En la legislatura pasada, por ejemplo, las cosas eran más difíciles. Pero los populares creen que es una lectura “muy cortoplacista” y que no tiene en cuenta “el castigo” que podrían seguir sufriendo más adelante.

“El PP gobierna la mayoría de las comunidades. Pero los presidentes autonómicos se están haciendo muy fuertes. Andalucía es un ejemplo muy claro con Juanma Moreno. Y el Gobierno cada vez depende más de Cataluña y pierde apoyos en el resto de comunidades”, reflexiona un dirigente de la cúpula conservadora.

Tras las europeas lo previsible es que el PSOE se ponga manos a la obra para reconstruir los liderazgos autonómicos y tener proyectos renovados que permitan volver a disputar presidencias en el siguiente ciclo autonómico. Y el PP considera que el debate de la financiación -abierto en canal por la investidura de Salvador Illa- “es letal” para afrontar esa reconstrucción.

De hecho, varias federaciones socialistas lanzaron mensajes en forma de advertencia. También lo hicieron algunos actores clave de Sumar, socio minoritario de la coalición, como Compromís. El asunto en la Comunidad Valenciana -también infrafinanciada- es absolutamente nuclear.

“Más daño que la amnistía”

En el PP están tan convencidos de que la financiación autonómica sí es un debate que los ciudadanos perciben, que incluso reconocen que puede hacer “más daño incluso que la amnistía”. A pesar de haber hecho una oposición durísima contra la ley que perdona el procés, con manifestaciones en la calle incluidas, los conservadores fueron admitiendo con el paso de los meses que la amnistía en gran parte se daba por amortizada. O, por lo menos, que era complicado mantener la tensión de manera constante.

Los resultados del PSC en Cataluña, con una victoria clarísima y el independentismo perdiendo la mayoría, apuntalaron el discurso de Sánchez al respecto. Por lo menos, en esa comunidad autónoma. Pero lo que trasluce, según dirigentes del PP nacional, es “que de nuevo se privilegia a una comunidad por encima del resto”. Insisten en que la condonación de deuda anunciada para la investidura de Sánchez y que luego el Gobierno salió también a matizar, insistiendo en que se podría aplicar al resto de territorios, generó un debate similar al actual.

Aquel movimiento fue respondido con el desfile de presidentes autonómicos del PP por el Senado clamando contra los “privilegios” hacia Cataluña. 

Ahora el PP exige que se convoque el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que es el foro donde todas las autonomías debaten sobre financiación. Feijóo ya aseguró, como también el portavoz popular, Borja Sémper, este martes que todo lo que se salga de ese marco “está abocado al fracaso”. Pero el mensaje político, recalcan, “tiene mucho recorrido” y pretenden que ahonde en la debilidad territorial de los socialistas.