23 muertos

La Fiscalía marroquí archiva la investigación sobre la tragedia de Melilla

Según la Asociación Marroquí por los Derechos Humanos, el ministerio público ordenó enterrar en el cementerio de Nador todos los cadáveres que seguían en la morgue de la ciudad

La fiscalía de Marruecos cierra la investigación cuando se cumplen dos años de la tragedia de Melilla

Vídeo: Atlas News | Foto: Agencias

Marc Ferrà

La Fiscalía marroquí da por cerrada la investigación que abrió tras la tragedia que se vivió hace dos años en su frontera con la ciudad de Melilla. Un intento de salto en el que participaron más de mil personas y que terminó con 23 víctimas mortales, según cifras oficiales, y unos setenta desaparecidos, según las organizaciones en defensa de los derechos humanos. El ministerio público ha archivado su investigación ante "la ausencia de indicios de delito" y que hubo un "uso proporcional de la fuerza" por parte de los agentes marroquíes, según informa EFE.

Así, sigue los mismos pasos de la justicia española, que seis meses después de la tragedia también dio carpetazo a la investigación al considerar que "no existen elementos que determinen que el día de los hechos los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado actuantes incurriesen en infracción penal alguna". Según la Asociación Marroquí por los Derechos Humanos, hace varios días fueron informados que la Fiscalía ordenó enterrar en el cementerio de Nador todos los cadáveres de la tragedia que seguían en la morgue de la ciudad: "No conocemos los resultados de la investigación sobre nuestra denuncia ni el número exacto de cuerpos enterrados", precisó a través de las redes sociales. 

Dos años más tarde, la ciudad de Nador, la más cercana a la frontera con Melilla, sigue sometida a un férreo control de las autoridades para impedir que cualquier persona migrante o refugiada pueda acercarse al perímetro fronterizo. Unos controles que también se llevan a cabo a las zonas de montaña cercana, que históricamente ha sido uno de los lugares que estas personas utilizan para refugiarse y descansar. Además, estos últimos meses las autoridades marroquíes han finalizado la construcción de una nueva valla de unos siete metros de altura y un foso de tres metros de profundidad, en varios puntos de la frontera. Esta nueva reja levantada en el lado marroquí cuenta con afiladas concertinas, un elemento que España retiró de sus vallas de Ceuta y Melilla en 2020. 

Mayor presión policial

Más allá de las cifras oficiales, las organizaciones en defensa de los derechos humanos consideran que podría haber al menos una treintena de fallecidos, aunque lamentan que nunca conoceremos la cifra exacta de personas que perdieron la vida ese 24 de junio de 2022. Entre los supervivientes de la tragedia, muchos siguen en otras ciudades del país a la espera que se resuelva su petición de demanda de asilo y poder optar a ser reinstalado en otro país, principalmente Canadá o Estados Unidos. Otros, como Modaser, sudanés entrevistado hace un año por El Periódico, del grupo Prensa Ibérica, decidió salir de Marruecos y viajar por tierra hasta Túnez, donde tomó una patera y logró llegar a suelo europeo. 

En ciudades como Casablanca y Rabat la presión policial ha aumentado y las redadas y deportaciones a ciudades del interior del país se llevan a cabo de manera diaria, según denuncian las mismas personas migrantes o refugiadas. Gran parte de las víctimas de la tragedia eran originarios de Sudán y escapaban de la espiral de violencia e inseguridad que azota su país. Estos últimos meses, y tras un año del inicio de la guerra en el país saheliano, fuentes de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en el país confirman que han apreciado un aumento de refugiados sudaneses que han llegado recientemente a Marruecos y precisan que es una tendencia que han detectado en otros países de la región.