C. J.

Un personaje «muy prolífico», trabajador incansable «que estuvo creando hasta su muerte». Así define la historiadora de origen valdesano María del Mar Vaquero la figura de Juan Martínez García-Rovés, que será el motivo de la conferencia de esta tarde, a las 20.00 horas, en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, donde se desvelarán todas las claves acerca del autor de «El Gaviotu», el más «playu» de todos los personajes de este popular historietista de origen pixueto. Vaquero ultima su tesis doctoral sobre «Humorismo gráfico, creaciones publicitarias y artísticas de Juan Martínez García-Rovés (1906-1978)» bajo la dirección de la profesora María del Mar Díaz González. A su juicio, el protagonista de su trabajo de investigación «marcó época en un momento muy complicado».

El padre de «El Gaviotu», el popular personaje de la prensa gijonesa que vio la luz en el diario «Voluntad» entre 1952 y 1975 y luego en LA NUEVA ESPAÑA hasta 1978, inició su trayectoria profesional en Madrid, con apenas 17 años. Desde aquellos comienzos hasta los últimos años de su vida cultivó Rovés la historieta, en acuarela o plumilla, y el cartel, en el gran formato, en su faceta como ilustrador pero también desarrolló una interesante faceta como redactor en varios periódicos y revistas de la época. «Allá donde iba se sumergía en el ambiente cultural del lugar», explica Vaquero. De ahí que durante una breve etapa en Cudillero diera el impulso definitivo al periódico «El Baluarte»; que en Oviedo fuera uno de los colaboradores más activos de «El Carbayón» y que, de vuelta a Gijón, se le reconociera para siempre por sus trabajos en el diario «Voluntad». Cuenta Mar Vaquero que los chistes de «El Gaviotu» son el más claro ejemplo de esa fina ironía y socarronería que caracteriza a los gijoneses. Todo ello «en una época en la que había una censura feroz», recuerda la historiadora. No obstante, choca que pese al éxito que tuvo Rovés en su momento que sus trabajos «cayeran en el olvido» frente a otros creadores coetáneos como Alfonso que tuvo la suerte de que al Ayuntamiento de Oviedo no le importara dar eco a personajes como Telva, Pinón y Pinín que había trabajado en la época franquista. «Los chistes de Rovés están absolutamente vigentes», sostiene la autora de la tesis sobre la ejecutoria humorística de Rovés.

Prueba de la prolífica trayectoria que desarrolló son los 7.500 chistes de «El Gaviotu» y los más de 10.000 documentos que maneja en este momento sobre sus trabajos en la prensa asturiana. «Es una tarea muy satisfactoria porque siempre aparecen cosas nuevas», relata Vaquero. Al trabajo en hemerotecas, bibliotecas y archivos históricos suma el apoyo de un CD que la familia Martínez-Junquera entregó al Archivo Municipal de Gijón para la conservación y consulta de los trabajos de Rovés. «Sus chistes estaban claramente enfocados al públicos gijonés. Al pasar a Oviedo perdió un poco de gracia», recuerda la investigadora que arrancó su proyecto con el objetivo de conocer por qué existía tal vacío en Asturias sobre la obra del padre del «Gaviotu». «He encontrado carteles en lugares insospechados», resume.