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Mariano Antolín Rato: "Asturias me trata muy bien, volver es una alegría"

"Escribo para vivir momentos donde notas que fluye algo en ti que te asombra", afirma el autor, distinguido por la Feria del Libro

Mariano Antolín Rato. F. RODRÍGUEZ

Lo mejor de ganar un premio en Gijón es, para Mariano Antolín Rato (1943), volver a su tierra natal. "Asturias siempre me trata muy bien y yo trato de corresponder yendo lo más posible. Los premios que vienen de Asturias son especiales porque me dan la oportunidad de volver, que siempre es una alegría", aseguró ayer, agradecido, el reciente ganador del premio a la Trayectoria de la Feria del Libro de Gijón. "Debe ser que ya no queda nadie a quien dárselo y por eso me toca a mí", bromea.

El fallo del jurado le pilló en su casa granadina de Motril, donde pasó el confinamiento. "Nunca estuve en mi vida tanto tiempo en un sitio sin poder moverme", explica Antolín Rato, asturiano del mes de LA NUEVA ESPAÑA en 2010, escritor y traductor, cuya labor en este último ámbito "ha contribuido a difundir la narrativa y la poesía norteamericana contemporánea entre los lectores y lectoras de habla hispana", según valoró el jurado. El tiempo encerrado en su domicilio lo pasó acabando de traducir un libro que tiene que entregar este mes "y con una novela, como siempre". También escuchando música y "jardineando algo", remarca el escritor, que acoge la tesis de Jorge Luis Borges de que "un escritor, además de escribir, lo único que puede hacer es traducir". Una máxima que aplica en su vida "como un lema".

"No soy Pérez-Reverte, los libros no me dan para vivir, entonces tengo que traducir, aunque tampoco sea una actividad muy bien pagada", asevera. Antolín, premio nacional de traducción, no esconde que le gusta traducir: "es un trabajo que me gusta hacer, es complementario a escribir", aunque "tienes que pensar como los autores, ponerte en su mentalidad". "Tenemos que ponernos al servicio, tendríamos que ser invisibles, nadie compra un libro por el traductor, sino por el autor", asegura.

Sin embargo, su labor más querida es la de crear. "Escribo para vivir esos momentos en los que, en la soledad de tu escritura, de pronto notas que está fluyendo algo de ti y te quedas asombrado de lo que puedes hacer", enfatiza, "contarlo es pedante, pero produce una sensación de alegría que es la que buscas en realidad".

El premio, a la trayectoria, obliga a Antolín Rato a mirar hacia atrás. "Soy consciente de que soy un anciano ya, llevo varias glaciaciones ya escribiendo y traduciendo", añade con gracia. Pero las ganas de seguir están ahí: "De momento me va bien, pero escribir exige también buena salud y la edad exige atención al cuerpo".

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