Entrevista | Pablo Ferrío Pequeño Jefe del servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos de Gijón

"En los últimos años, nos está costando encontrar socorristas para las playas de Gijón"

"Con las carabelas portuguesas, alarma ninguna; vigilamos con intensidad"

"Las playas llevan ya millón y medio de visitantes"

Pablo Ferrío, en la central de Salvamento de la playa de San Lorenzo. | Ángel González

Pablo Ferrío, en la central de Salvamento de la playa de San Lorenzo. | Ángel González / I. Peláez

I. Peláez

I. Peláez

La gran afluencia de visitantes en la ciudad esta Semana Grande, y en general durante todo el verano, también se está notando en las playas del concejo, llenas por la buena meteorología. De la seguridad de las mismas se encarga el servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos, liderado por Pablo Ferrío Pequeño (Cee, La Coruña, 1975).

–¿Cómo va el verano en las playas del concejo?

–La afluencia a las playas se puede ver fácil, está siendo magnífica este año. Hay muchísimas ganas de aprovechar el buen tiempo que afortunadamente estamos teniendo. Y los números lo respalda. A fecha actual llevamos un millón y medio de visitantes a las playas de Gijón desde que comenzó la temporada de baños el pasado mes de mayo. En San Lorenzo llevamos 900.000, otros 220.000 en Poniente y 120.000 en la del Arbeyal. El año pasado, de mayo a septiembre, fueron 2.100.000 visitantes, pero todavía queda un mes y medio de temporada de baños.

–¿Con más gente en las playas, hay más riesgos?

–Implica más intervenciones, eso sí. Hasta ahora llevamos 630 curas cuando el pasado verano ya se hicieron 843. Y de traslados, pues llevamos 47 cuando el año pasado en toda la temporada se hicieron 50. Pero no son incidentes graves.

–Entre sus labores se suma ahora la prevención por las carabelas portuguesas. ¿La aparición de un ejemplar esta semana es un caso aislado?

–Afortunadamente, las condiciones meteorológicas que estamos teniendo son buenas para que no vuelva a pasar. El viento predominante es el nordés, está favoreciendo que el pólipo no entre en las playas. Eso favorece que los posibles bancos de estos pólipos que pudiesen estar por la zona no acaben entrando en las playas. Alarma ninguna, nosotros estamos vigilantes con un poco más de intensidad si cabe, a las batidas que hacemos habitualmente con la moto de agua para vigilar un poco la seguridad de los bañistas. Es un vehículo anfibio muy oportuno para esto, que es muy rápido y nos permite hacer un mayor número de revisiones y de forma más rápida.

–¿Cuál es la mayor complicación del verano?

–Incidimos en el respeto que deben tener los bañistas a las indicaciones que le haga el personal de la playa. Eso lo más importante. No podemos tolerar, como ha ocurrido recientemente en algunos sitios este verano, que al primer minuto que hay una bandera roja los usuarios no dejen de estar en el agua porque hay una prohibición del baño. Eso es lo fundamental. Nosotros avisamos por megafonía para conocer la situación del agua, pero incidimos en la responsabilidad de cada uno de los bañistas.

–¿Sigue pasando?

–Sí los hay, los hay, los hay. Además, a veces traen encontronazos con el personal de su Gobierno. Solo hay que ver el reciente caso de cuando prohibimos el baño cuando el Festival Aéreo. Y la gente insistía en bañarse.

–¿Faltó pedagogía con la prohibición del baño cuando el Festival Aéreo? ¿Se tendría que haber explicado por qué no podía haber gente en el agua, cuando había multitud de barcos en la bahía?

–Nos guiamos por las directrices del director del festival. Así nos lo indicó. Debemos ser cautos, más de lo que puede entender la ciudadanía para garantizar las máximas medidas de seguridad.

–¿Hay buen equipo de salvamento?

–Es uno de los mejores. Es cierto que en los últimos años nos está costando encontrar gente. Aunque tengamos tres bolsas de trabajo ahora mismo, es verdad que este año tuvimos que recurrir a la Federación Asturiana de Concejos para que nos cubran las playas del este (Peñarrubia, Estaño y Serín) porque no teníamos personal suficiente.

–¿Y por qué ocurre?

–Es un tema de la sociedad. Ahora mismo igual la gente joven no ve atractivo trabajar en la playa de Gijón. Hace unos años la gente se peleaba por entrar en el salvamento de Gijón, porque además es el mejor sitio a nivel retributivo.

–¿Cómo se combina esa falta de socorristas con la intención del gobierno local de mantener salvamento de playas durante todo el año?

–Todavía está sin definir y se está diseñando el operativo. Hay un proceso de estabilización para reducir la interinidad, así que tiraremos de ese personal de estabilización. Cuando sepamos cuántos efectivos vamos a necesitar para cada una de esas playas veremos cómo diseñamos el operativo.

–¿Es necesario porque cada vez se amplían más las temporadas de baños?

–Cada vez se empieza primero y se termina más tarde. Esto no es el Mediterráneo, pero todo el año te puedes dar un bañito. Pero la afluencia durante el invierno, además, no es solo por cuestión de bañistas también hay muchas escuelas de surf que son riesgos potenciales. Y el poder tener un servicio todo el año es muy beneficioso.

–En la playa de Peñarrubia había problemas de riesgo de caída de rocas. ¿Se aseguró la zona?

–Hicimos un balizamiento, avisamos a Obras Públicas que a su vez avisó a Demarcación de Costas, que es su competencia. La zona está acotada para que no se acerque nadie, pero volvemos a la responsabilidad de cada uno y su sentido común. Nosotros balizamos, pero no podemos hacer de policías. Los socorristas están para otras cosas.

–¿Con las altas temperaturas, temen la aparición de incendios forestales?

–Este verano está tranquilo, afortunadamente. Hemos tenido alguna cosa menor en el Monte Deva y algo de matorral en Serín. Nada comparable al año pasado que fue bastante durillo con el Monte Areo.

–¿Ha mejorado el número de efectivos de bomberos?

–Mi objetivo cuando llegué hace poco más de dos años, era tener 90 efectivos. Este año estamos haciendo el curso de formación de la última promoción para diez nuevos bomberos que van a entrar, lo que nos pone con 87 efectivos, que se acerca mucho al objetivo. Sí es cierto que en los próximos tres años se van a jubilar ocho, pero para la oferta de empleo de este año vamos a tener siete plazas. Vamos a ir compensando, pero la idea es alcanzar los noventa y completar la estructura del parque, no solo la operativa.

–¿En qué sentido?

–También la parte de gestión, de jefatura. Un equipo de fútbol difícilmente puede ponerse a funcionar si no tiene entrenador, utillero o masajista. Nosotros tenemos futbolistas, pero nos falta estructura de lo demás. Ya hemos incorporado a una persona para mantenimiento de equipos y vehículos y ahora estamos pendientes de incorporar una nueva jefa de unidad técnica de prevención. Y, si hay opciones presupuestarias, incorporar a más gente para formación y administrativo.

–¿En medios técnicos han mejorado también?

–El año pasado se invirtieron 300.000 en equipos. Se adquirió un vehículo autobomba y recientemente hemos adjudicado un camión autoescalera de 42 metros, que es diez metros más alta que la que tenemos y nos permitirá acceder a tres pisos más de altura que ahora. Ese contrato es de un millón de euros y tiene un plazo de entrega de dieciocho meses. Este año son 650.000 euros para equipos, herramientas y la anualidad de la autoescalera. El año que viene incrementaremos esa cifra hasta 1.100.000 euros, que incluye la segunda anualidad de la autoescalera. Y se está planificando un programa de renovación de la flota, porque hay cinco vehículos por encima de los veinte años. También vamos a tramitar la compra de una tercera moto porque es el vehículo más versátil para rescates y para esas vigilancias de las carabelas portuguesas.

–También supervisa la seguridad de todos los eventos y fiestas. Hay quejas de la tramitación.

–Las trabas que ponemos no son dificultades superficiales por capricho, sino porque queremos garantizar la seguridad. Hacemos un llamamiento a las asociaciones de vecinos que hagan las solicitudes con la antelación debida y de la mejor manera posible. Este año llevamos más de 50 eventos informados, un repunte enorme de celebraciones... todos los controles son por garantizar la seguridad, no por poner trabas. Por ejemplo, en Veriña no presentaron la documentación que correspondía y por eso no informamos favorablemente. Igual que ocurrió en Jove.

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