Entrevista | Francisco Balado Insunza Profesor, presenta un libro sobre Melquíades Álvarez esta tarde

"Melquíades Álvarez fue un hombre que luchó y trabajó por una democracia liberal"

"Es un personaje que te atrapa por su ética, su moral, su sensatez y su pragmatismo en la acción política"

Francisco Balado.

Francisco Balado. / Juan Plaza

El profesor del departamento de Historia Contemporánea de la UNED, Francisco Balado Insunza (Madrid, 1966), presenta esta tarde en el salón de actos de la antigua Escuela de Comercio, a las 19.00 horas, su libro "Melquíades Álvarez. La España que no pudo ser".

–¿Qué le motivó a escribir sobre Melquíades Álvarez?

–Es un personaje que tiene una longevidad política muy larga. A finales de la última década del siglo XIX comienza su actividad dentro de la transición entre el viejo republicanismo decimonónico y el nuevo republicanismo del que liderará una parte importante. Su vida alcanza hasta que le asesinan en la Guerra Civil y son más de 50 años de vida pública. Por lo tanto, al estar presente como testigo y protagonista, es muy buen recurso para comprender cómo era ese tiempo tan convulso y de tantas transformaciones.

–¿Existe una imagen equivocada sobre las labores que desempeñó y sus pretensiones?

–Sí, y por eso este libro trata de dar una visión de largo recorrido de su figura y su legado histórico. Fue una persona controvertida y el hecho de haber participado en diferentes tipos de acciones políticas le trajo muchas simpatías y antipatías. El ser ocultado por unos y por otros le ha granjeado una imagen muy parcial y no le ha dado la dimensión exacta porque se le ha estudiado subrayando sus errores coyunturales. Sin embargo, la imagen de su trayectoria en su conjunto da la imagen de un hombre que creyó, luchó y trabajó porque en España hubiera una democracia liberal.

–¿Cómo valora poder realizar esta presentación en la ciudad que le vio nacer y crecer?

–Es un honor. El libro ya tiene cierta trayectoria y ha sido presentado en Madrid y en Oviedo, por ejemplo. Pero hacerlo en Gijón, y además en la Escuela de Comercio, que está a cuatro manzanas de donde él nació, resulta entrañable. Siempre dicen que cuando uno se acerca a un personaje ha de tener cierta distancia para que no le atrape y pueda distorsionar la mirada histórica objetiva, pero en este caso es difícil porque es un personaje que te atrapa por sus grandes cualidades políticas y profesionales. Y sobre todo por su ética, su moral, su sensatez y su pragmatismo a la hora de plantear su acción política y pública.

–¿Qué importancia tuvo el empeño de Álvarez para que tras el paso de las décadas llegara la democracia que tanto ansiaba?

–Fue un adelantado a su tiempo. Se le puede definir como uno de los mayores representantes de los principios y valores de la democracia liberal de España y del sistema de libertades y de organización política que nos ha dado ya casi medio siglo de paz y de prosperidad como nunca habíamos tenido en nuestro país. Él lo vio a finales del siglo XIX. Es muy importante la continuidad de su discurso y su mensaje político. Decía lo mismo en 1901 y en su último discurso público en febrero de 1936. Se centraba en que el pueblo es soberano, que la democracia tiene que ser la base de cualquier sistema político, que las formas de gobierno son accesorias y que lo importante es tener un Estado de Derecho que proteja y defienda a los intereses individuales y colectivos. Son ideas que nos parecen las adecuadas ahora, pero que él fue quien las puso de manifiesto hace cien años. Ese valor histórico y ese legado nos sirve para tenerlo como una referencia para nuestro presente y futuro.

–¿Se echa en falta a políticos como Álvarez en el actual panorama?

–Ojalá tuviésemos un Melquíades Álvarez actualmente. Ya no solo por su oratoria, que era excepcional, sino por sus convicciones y el contenido de su proyecto político. También por su forma de ir por la vida siendo siempre éticamente irreprochable, honesto y dialogante. Tenía una serie de virtudes que serían casi una "rara avis" respecto al actual panorama político. Por lo tanto, sería muy de agradecer tener a personajes como él en los tiempos que corren.

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