Entrevista | Pedro Luis Menéndez Fernández Escritor, acaba de publicar "enCajadas", su primera novela

"Cortázar es un referente por su libertad creadora y por hacer jugar al lector"

"Siempre escribí prosa corta porque no tenía tiempo para sacar una novela, que es pico y pala frente a la inspiración de la poesía"

Pedro Luis Menéndez, en la plaza del Instituto.

Pedro Luis Menéndez, en la plaza del Instituto. / Adrián Sierra

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Pedro Luis Menéndez Fernández, jubilado hace casi un año tras una vida como profesor de Literatura en el colegio de la Inmaculada de Gijón, ha dado un salto en su otro registro, el de la escritura. Tras centrarse en la poesía, con la que ganó, por ejemplo, hace un año el premio "José Luis Hidalgo", ahora Menéndez se lanza a por su primera novela, titulada "enCajadas", que presentará oficialmente este verano en la Semana Negra, donde se llevará a cabo un homenaje a la figura de Julio Cortázar, escritor y también profesor, al que hace Pedro Luis Menéndez un guiño en este trabajo.

–¿Cómo surge la novela?

–Es un híbrido de novela y relatos. Nace como un juego y como un reto a la vez. Una escritora amiga asturiana, a partir de cuento que tenía, me propuso estirar los personajes para ver lo que salía. Esa fue la primera premisa, con ese juego arrancó. Y la segunda tenía que ver con las cajas, y de ahí el título. Por todas las partes del libro existen cajas, porque es una especie de homenaje a Cortázar.

–¿De qué manera le ha marcado?

–Cortázar ha sido un referente para toda mi generación por la libertad creadora a la hora de plantearte un libro, o el hacer que el lector también juega y no solo lea. Consigue que intervenga en el relato o que se haga preguntas.

–¿Puede llegar el libro a un público que desconozca la obra de Cortázar?

–Sí. Tenía muy claro esa premisa, de que la gente no piense que es para lectores así como muy cultos. Aunque no hayas leído una sola línea de Cortázar el libro te pueda gustar y entretener igual.

–¿Qué ofrece al lector en "enCajadas"?

–El lector se encontrará fragmentos e historias individuales de vecinas de un edificio, que a veces coinciden en cosas y otras no. Ese edificio tiene su porqué, desde esas historias de quién mata a quién, o una historia de amor, porque aparece hasta algún relato erótico o un thriller. Cada capítulo pertenece a un subgénero diferente, un planteamiento que fue intencionado. Es un libro construido cortito, se lee rápido, pero hay una intención detrás de todo.

–¿Qué nivel de complejidad ha tenido para usted construir esta primera novela?

–Mucha. He hecho muchas versiones. Lo que lee el lector tiene muchas diferencias con la primera edición. Lo he construido y rehecho muchas veces hasta llegar a un orden determinado. Pero ha sido una experiencia muy agradable.

–¿El continente ha primado tanto o más que el contenido?

–Como decía, me lo planteé como un juego desde el principio. Por eso hay sorpresas que quiero que se encuentre el lector. Incluso a nivel estructural, que hace que se pregunten cosas en mitad del relato. El contenido claro que es la base, contar historias que tienen que llamar la atención. Pero buscaba que cualquier capítulo tuviera entidad y crease cierta inquietud. Eso provoca que deje un regusto. De tal modo que el libro, jugando a lo Cortázar, podría leerse hasta de atrás hacia delante.

–¿Cómo ha sido el salto de la poesía hacia su estreno en la novela?

–Siempre escribí prosa corta, pero no tenía tiempo realmente, porque trabajaba en otra cosa. La prosa es pico y pala, frente a la inspiración de la poesía que es que llegue a ti de alguna manera. Hace un año, cuando me jubilé de la enseñanza, ya tuve administración del tiempo propio como para meterme en esta faena. Ya había publicado alguna prosa corta, pero le tenía muchas ganas a esa estructura de novela, ahora que por fin tengo tiempo. Pero no abandonaré la poesía, tengo otros proyectos en marcha.

–¿Tiene influencia la poesía en esta novela?

–No lo tengo claro. Hay amigos y lectores que me dijeron que sí, que se nota en el afán de precisión, que se aprecia en el lenguaje por esa inquietud de buscar la palabra exacta.

–¿Cuál será su nuevo poemario?

–Ya está listo. Verá la luz en septiembre. Son poemas escritos desde la pandemia hasta el año pasado. Se titulará "Pasajeros de andén".

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