Los alumnos del colegio San Miguel recrean el Descenso del Sella: "Se van a enganchar al piragüismo"

Una simulación que volvió a hacer las delicias de los cientos de los jóvenes participantes

El colegio Juan Pablo II-San Miguel vive su particular Descenso del Sella: "Es una jornada entrañable"

VÍDEO: Sergio García FOTO: Juan Plaza

El colegio Juan Pablo II-San Miguel disfrutó ayer de una tradición en esta época del año, su particular Descenso del Sella. Una simulación que volvió a hacer las delicias de los cientos de alumnos participantes, los de Educación Infantil y también los de segundo de la ESO. En un principio la jornada se iba a celebrar en el parque de la Urgisa, muy próximo al centro, pero la lluvia obligó a cambiar la hoja de ruta. De agua iba la mañana, como demostraban las piraguas y remos empuñados con energía por los pequeños escolares, alentados antes de la salida por Marián Viña, profesora de Educación Física y vencedora del Descenso en K2 en 1995. Y principal artífice de la iniciativa junto al docente Roberto Fernández.

Las embarcaciones, de múltiples colores y elaboradas con cartón y materiales reciclados, se complementaban con monteras y collares de flores. El colegio Juan Pablo II-San Miguel no dejaba ni un detalle al azar. "En Educación Física han trabajado los valores del Sella, su historia y reglamento, etc.", afirmó Marián Viña. También la vida de Dionisio de la Huerta, fundador de la icónica cita. "Queremos que conozcan la esencia del Sella", recalcó Viña. Para Juan Manuel Feliz, presidente del CODIS (Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella), la de ayer fue "una jornada entrañable". Y realizó un vaticinio. "Algunos se van a enganchar al piragüismo. Viendo cómo lo viven, aquí hay futuro", declaró.

En dos tandas y con lectura de pregón y canto del himno de Asturias incluidos, los escolares dieron la vuelta al patio del cole, animados por muchas familias que no se querían perder la recreación del Descenso. Con sus tritones y dirigiendo el cotarro estaban María González y Alaia Colorado. Si un crío se caía o tenía algún percance, ellas iban al rescate. "Es muy guay, muy divertido", señaló González, que reivindicó la preparación del evento. "Hemos aprendido cuánto mide el Sella, cómo se puede bajar, las modalidades…", explicó la alumna. Además, las actividades contaban para la nota, por lo que tocaba esforzarse. En otra zona del recorrido, Brandy Fernández, tridente en mano, supervisaba que la prueba se desarrollara por los cauces normales. Había niños que correteaban, otros optaban por ir caminando, paladeando el momento y empujados por los gritos de ánimo de las familias. Tampoco faltó la directora del centro, Ana Isabel Vázquez.

"El Sella es una fiesta a estudiar", indicó, por su parte, Alberto Estrada, presidente de la Asociación de Amigos de Dionisio de la Huerta, que elogió la "genialidad" que tuvo el propio Dionisio para apostar por la cita veraniega. Estrada se mostraba confiado en que actividades como la de ayer despierten en las nuevas generaciones el gusanillo del remo. "Estoy seguro de que alguno puede ser hasta piragüista", decía Alberto Estrada. "Es una tradición que hay que conservar, se demuestra que lo que hizo Dionisio de la Huerta todavía perdura y que será para siempre", ensalzó Juan Manuel Feliz.

Fue un día distinto en el colegio Juan Pablo II-San Miguel, en el que mayores y pequeños unieron fuerzas para disfrutar de un Descenso Internacional del Sella muy especial. Mario Pombal y Sergio Martínez ayudaban a todo aquel que lo requiriera en una mañana repleta de piragüistas en ciernes que ya dan paladas hacia el final del curso, que llega este viernes. Y en agosto, por qué no, a bajar el Sella.

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