Cierre exitoso de una cita que "va a más": así fue la Feria del Libro de Gijón

Las setenta actividades programadas contaron con una participación de 5.121 personas, cerca de dos mil más que en la edición de hace un año

"Las casetas tuvieron muchísima afluencia en todo momento", afirma con entusiasmo Montserrat López, concejala de Cultura

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Un cierre "exitoso", de una Feria del Libro de Gijón que en su octava edición ha dejado una sensación "muy positiva" entre libreros y organizadores. En una entrega, en la que hubo récord de participantes y casetas, así como de afluencia a las actividades programadas, marcadas por el aumento hasta los cinco días de la feria, lo que conllevó a que 5.121 personas acudiesen a las setenta actividades programadas por la organización, lo que supone un aumento de cerca de 2.000 personas respecto a las 3.304 que siguieron los actos de la edición de 2023.

"La valoración es muy positiva. Hubo más afluencia de gente, el programa año a año mejora, y eso también implicó por ejemplo la presencia de más público juvenil", destacó Rafa Gutiérrez, de la Librería La Buena Letra, y presidente de la Asociación de Libreros de Asturias.

La concejala de Cultura, la forista Montserrat López, transmitió con entusiasmo que el asentamiento de este evento se nota desde el inicio. "Ni siquiera la lluvia que apareció los dos primeros días echó a la gente para atrás, y las casetas tuvieron muchísima afluencia en todo momento", recalcó. Una valoración positiva a la que también se unió Aitor Martínez Valdajos, director de la Fundación Municipal de Cultura. "Ha sido la edición más ambiciosa de las ocho llevadas a cabo por la feria del libro de Gijón, y el número de casetas de este año, un total de 87, nos posicionan como la tercera feria del Estado, tan sólo por detrás de las ferias del libro de Madrid y Barcelona", recalcó.

Las librerías y editoriales participantes, a la espera de cerrar la contabilidad exacta, resaltaron que en esta octava edición el nivel de ventas creció respecto a otras entregas. "La sensación ha sido muy buena", enfatizó Rafa Gutiérrez, que añadió en esa línea: "Las ventas aumentaron en general. Hay mucha gente que viene como con un presupuesto e ideas claras".

En La Buena Letra, por ejemplo, uno de los títulos que más vendió fue "El cielo rojiblanco", de Rafa Quirós, aunque como destacan también otros participantes la clave estuvo en el goteo constante y la diversidad. "Lo importante es el trato que se hace con el público y la cercanía, y que siempre vendes un poco de todo. El balance es muy positivo, con una organización que va a mejor, y una Feria del Libro que va a más", explicó Mónica Berdayes, de Librería Roy.

En esta entrega debutó por ejemplo Tania de la Cruz, de La Madriguera, que tiene su negocio entre los barrios de Pumarín y El Llano. "Me lo he pasado genial, ha sido muy positiva la experiencia. Es un escaparate fantástico. Han venido a vernos muchos clientes y vecinos habituales de la zona", explicó, antes de referirse a las ventas: "Estoy contenta, no he parado ni un solo minuto. En nuestro caso eran libros de diversidad, educación para pequeñes, temáticas LGTBI o feministas. Y a la gente le han interesado mucho", subrayó.

Jaime Priede, director de este evento literario un año más, se detuvo en resaltar en primer lugar la importancia de un evento que combina cultura y caseta, y recalcó también la aceptación de la ciudad: "Estamos muy contentos, la impresión es muy positiva, con muy buen ambiente durante todos los días y con mucha gente en la calle. Con un día más y 17 casetas de más, ha provocado que la gente de Gijón haya podido disfrutar de eventos diferentes al libro de los que tiene otros días del año".

Con ocho ediciones ya celebradas, la Feria del Libro de Gijón mira ya a un nuevo paso, con la novena entrega, en la que quieren consolidarse aún más. "El crecimiento hay que saber manejarlo, con algo que podamos controlar, seguir evolucionando, pero conscientes de la dimensión. Vamos paso a paso, siempre mejorando cosas, pero con los pies en el suelo", reflexionó Priede. Y concluyó: "El siguiente paso tiene que ser una organización interna que nos permita controlar las dimensiones actuales de la feria, que ya solo está por detrás de Madrid y Barcelona en extensión. Lo peor que le puede pasar es estancarse o morir de éxito".

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