La hoguera de San Juan prende el verano de Gijón desde Poniente: "Pedimos salud, trabajo y dinero"

La tradicional cita congrega a gijoneses y foráneos en la playa en una jornada de música, fuegos artificiales y folclore

La noche de San Juan no defraudó en Poniente. Pese a que hoy es día laborable, los gijoneses, y también muchos foráneos, se echaron a la calle (en concreto, a la arena) para quemar todo lo malo y desear que llegue lo positivo. Salud y trabajo se colaron entre las peticiones más repetidas en una velada en la que la quema de la gran hoguera fue el momento cumbre. Minutos antes, tocaba disfrutar de los fuegos artificiales. Francisco Jorge López, Emma Castro y su hijo Pedro, en compañía Danay Marchena y su hijo David Espinosa, no se perdieron la fiesta. «Es la primera vez que vengo en Gijón», sostuvo Marchena. Para Emma Castro, la noche «marca el inicio de una nueva etapa». «Se pide salud, trabajo y dinero, que amor ya lo tenemos», bromeaba Francisco Jorge López.

Pero no toda la fiesta era la hoguera. La música se apoderó de la zona de Poniente desde por la tarde con numerosas actuaciones gaiteras y los enramados de fuentes completaron una nutrida agenda. En la plaza del Marqués, la estatua de Pelayo se puso guapa gracias a la Andecha de Cultura Tradicional «Na Señardá», que se echó unos bailes para «animar a la gente a celebrar», afirmó Pablo Victorero. Crisantemos blancos y el laurel se iban desplegando. Algún que otro turista se acercaba a los componentes del grupo para preguntar por qué se decoraba el espacio. «Hay que mantener estas tradiciones en la festividad del verano, que no sea todo conciertos», señaló Victorero, que remarcó que San Juan simboliza la llegada del verano con los «ritos del agua y del fuego». En Los Campinos de Begoña, el protagonismo era para la Asociación de Coros y Danzas «Jovellanos», que deleitó con su música y bailes a las decenas de personas que rodeaban la fuente. El enramado, esta vez, fue distinto al de años precedentes al estar el espacio en obras para restaurar la pérgola. Marina Blanco al tambor y Paulino García a la gaita amenizaban las labores, en las que varios niños de la agrupación estuvieron muy implicados. Otros grupos folclóricos recorrieron más puntos de la ciudad para que ninguna fuente quedara sin engalanar. Quemadas las malas vibras de un plumazo con la tradicional hoguera de San Juan, ya se puede decir que Gijón ha entrado de cabeza en el verano.