"Chatín", quédate para siempre en Gijón: así fue el homenaje a Arturo Fernández en el quinto aniversario de su muerte

"Mi padre ahora nos estará mirando y estará emocionado. También nosotros estamos muy emocionados y agradecidos por este homenaje de su tierra", asegura María Fernández, una de las hijas del actor

A la izquierda, Ignacio Arroyo, María Fernández, Janel Cuesta y Pelayo Barcia, ante una imagen de Arturo Fernández. A la derecha, asistentes al acto de homenaje organizado por el Ateneo Jovellanos.

A la izquierda, Ignacio Arroyo, María Fernández, Janel Cuesta y Pelayo Barcia, ante una imagen de Arturo Fernández. A la derecha, asistentes al acto de homenaje organizado por el Ateneo Jovellanos. / MARA VILLAMUZA

¿Qué gijonés es más conocido? ¿Jovellanos o Arturo Fernández? No hace falta abrir una investigación para contestar. El historiador local Janel Cuesta ya tiene la respuesta. Y viene avalada con un experimento científico: su pregunta a cincuenta paseantes en la Gran Vía madrileña. "Todos sabían quien era Arturo Fernández. Y que era de Asturias, incluso de Gijón. Que me perdone Jovellanos, pero ni la mitad sabían quien era él. Unos pensaban que político, otros que pintor...", confesaba Cuesta entre las sonrisas del público que abarrotó ayer el salón de actos de la Escuela de Comercio. Allí "Chatín" también le ganó la partida al ilustre polígrafo.

Más en su condición de amigo de infancia que experto en demoscopia, Cuesta participaba en el homenaje que desde el Ateneo Jovellanos se dedicó al popular actor en el quinto aniversario de su muerte. Arturo Fernández fallecía en julio de 2019. Tenía 90 años y tres meses antes aún ejercía de incombustible galán de comedia y champán con "Alta seducción" sobre las tablas de un teatro de Bilbao. En la mesa de ponentes, el edil de Tráfico, Pelayo Barcia, el directivo del Ateneo Ignacio Arroyo y María Fernández, una de las hijas del actor.

No vino sola. Entre el público estaban, junto a otros miembros de la familia, sus hermanos Arturo e Isabel y su madre Isabel Senset. "Mi padre ahora nos estará mirando y estará emocionado. También nosotros estamos muy emocionados y superagradecidos por este homenaje de su tierra. A la que tanto le gustaba venir", explicó María antes de recordar los paseos de su padre con José Manuel Ibáñez "el hermano que no tuvo", los recorridos toalla al hombro hasta el Rinconín para tomar el sol, sus comidas con tertulias que acababan en cena en Vitorón y sus días de nostalgia en esa casa gijonesa que él compró para su madre y ella nunca pudo disfrutar y que "en 35 años no tocó. Se caía pero a él le daba igual".

De izquierda a derecha, Luis Escayola, Isabel Fernández, Janel Cuesta, Álvaro Muñiz, Manuel Valbuena, Tomás  Valbuena, Isabel Senset, María Fernández, Lola Valbuena, Ángeles Fernández-Ahúja, Ignacio Arroyo, Pelayo Barcia  y Nuria Bravo, antes del inicio del acto. | Mara Villamuza

De izquierda a derecha, Luis Escayola, Isabel Fernández, Janel Cuesta, Álvaro Muñiz, Manuel Valbuena, Tomás Valbuena, Isabel Senset, María Fernández, Lola Valbuena, Ángeles Fernández-Ahúja, Ignacio Arroyo, Pelayo Barcia y Nuria Bravo, antes del inicio del acto. / Mara Villamuza

María Fernández también compartió con el público su propio experimento cientifico. Aprovechando que trabaja en IBM y que es periodista pasó algunos de sus escritos sobre su padre por un programa de inteligencia artificial. ¿Resultado? Para la inteligencia artificial Arturo Fernández era "una persona con un corazón de oro que vivió su vida con autenticidad, humildad y amor". "Yo no lo hubiera dicho mejor", confesó María para quien entre los atributos de su padre estaban "disfrutar de las pequeñas cosas, su sentido del humor, su falta de envidia, su dedicación a la familia...".

Bombardeo de castañas

Aunque escuchando a Janel Cuesta en ese listado se podía incluir la capacidad del actor de no decir siempre la verdad. Como cuando, siendo escolares en el San Eutiquio, uno de los hermanos de la orden buscaba desesperado a quien hacía desaparecer las uvas de una parra. "Será un pajarito", le contestó Arturo Fernández al religioso. No tardó en descubrirse que el "pajarito" era Arturo. "Yo le leí en una entrevista que era tan mal estudiante que solo había aprobado religión y flauta. Yo puedo decir que nunca tuvimos clase de religión y menos de flauta", describía Cuesta en otro ejemplo de ese humor a lo Fernández. El mismo que le llevaba a asegurar que de los aviones que bombardeaban Gijón caían las castañas mayucas que ofrecía a los amigos para comer. La realidad es que eran la comida robada al cerdo de un vecino.

Pero más allá del sondeo a pie de Gran Vía y el trabajo de inteligencia artificial el gran experimento científico que salió del acto de homenaje de ayer fue la constatación en aplausos de la reivindicación popular de una calle para Arturo Fernández. "Una calle, una plaza o que un centro cultural lleve su nombre en Gijón. Sería una forma de pagar la deuda que tenemos con nuestro querido Arturo", explicaba entre aplausos y en nombre del Ateneo Jovellanos, su directivo Ignacio Arroyo. Un reconocimiento a sumar a la instalación de esa escultura que se pide ubicar frente al teatro Jovellanos y que surgió de una iniciativa popular avalada por 30.000 firmas. Desde la mesa y desde el público se pidieron estos reconocimientos para este 2024 aprovechando el quinto aniversario de su fallecimiento.

No pudo garantizar que eso se pudiera hacer el representante municipal en la mesa de oradores pero dejó claro Pelayo Barcia que él lucharía por ello en la Junta de Gobierno. "Uno de esos 30.000 que firmó soy yo", confesó. Para Barcia no hay duda de que Arturo Fernández se merece un sitio en su Gijón del alma. Y no solo por su trayectoria profesional y popularidad. "También fue el mejor concejal de turismo de Gijón del último siglo", festejó por el constante recuerdo de Fernández a su ciudad. De la que es hijo predilecto desde los años noventa del siglo pasado. Janel Cuesta miró hacia arriba para pedir "Chatín, espérame en el cielo". Al Ayuntamiento miró el público para reivindicar un "Chatín, quédate para siempre en Gijón".

Suscríbete para seguir leyendo