Crónicas gijonesas: los compañeros de Rosario de Acuña en el cementerio civil de Gijón

El de Luis Truan y Lugeon, calvinista, fue el primer enterramiento de este tipo en El Sucu

La conducción del cadáver de De Acuña a Ceares fue sin publicidad, como ella había dejado dispuesto

Crónicas gijonesas

Crónicas gijonesas

Luis Miguel Piñera

Luis Miguel Piñera

Rosario de Acuña y Villanueva (Pinto, Madrid, 1850-Gijón, 1923) descansa en el cementerio civil de Gijón. En una sencilla tumba en el suelo, y sin su nombre. En la cabecera un ladrillo con las siglas R. A. El 5 de mayo de 1923 falleció en Gijón, y durante el año 2023 diversos actos recordaron a la escritora, librepensadora y feminista durante el centenario de su muerte.

La conducción del cadáver de doña Rosario a la parte civil del cementerio de El Sucu en Ceares fue sin publicidad, como ella había dejado dispuesto en su testamento. Un coche fúnebre llevó el cadáver al cementerio. Del cortejo formaban parte socios y directivos del Ateneo Obrero de Gijón, miembros de la masonería local y representantes de sociedades obreras. El último recorrido de Rosario de Acuña en Gijón partió de su casa en El Cervigón, recorrió parte del paseo del Muro, la calle de Juan Alonso, Marqués de Casa Valdés, Cura Sama, plazuela de San Miguel, enlazó –no casualmente– con la calle de Concepción Arenal, luego con la calle de Dindurra, calle de Cabrales hasta su final, y por fin tomó la Subida a Ceares hasta el cementerio.

El hecho de que el recorrido fúnebre pasase por la calle dedicada a Concepción Arenal no fue solamente por honrar la figura de esa escritora gallega que en Gijón había vivido unos años, y que había fallecido en Vigo en 1893. Es que en la calle de Concepción Arenal esquina con la calle Covadonga había estado durante unos años el diario "El Noroeste" y en 1911 había tenido su primer sede la Escuela Neutra Graduada. "El Noroeste", donde Rosario tanto escribió y la Escuela Neutra Graduada tan querida por ella.

En la parte civil de El Sucu vemos su tumba. Siempre con flores. A la derecha de la tumba de Rosario de Acuña vemos el mausoleo de Luis Truan y Lugeon, que falleció en el año 1876, y a la izquierda de Acuña está la tumba del masón natural de Colunga Enrique Villar Valdés, fallecido en el año 1927. En muy pocos metros cuadrados están esos tres enterramientos, los tres en la parte trasera de la capilla del cementerio.

Luis Truan –suizo, calvinista, primer director de la fábrica de vidrios La Industria– murió fiel a las ideas religiosas y fue el primer enterramiento civil en El Sucu, en el año 1876. Su conducción y entierro constituyó un verdadero acontecimiento en el Gijón de la época. Julio Somoza y Concepción Arenal escribieron unas conocidas crónicas sobre su entierro. La de Somoza apareció en "El Eco de Asturias" y puede leerse en su libro "Cosiquines de la mío Quintana", y la de Concepción Arenal apareció en el periódico madrileño "El Imparcial" el 28 de junio de 1876.

El mausoleo que lo recuerda (con un busto de Truan en lo alto) ahí sigue, rodeado con una verja y constituyendo la parte más llamativa justo a la entrada del cementerio civil. Reproducimos a continuación un texto incluido en la cuadrada columna que lo forma. Las otras tres partes del monolito llevan inscripciones relativas a citas bíblicas del Evangelio según San Juan, San Lucas y del Apocalipsis.

El texto en la tumba de Luis Truan Lugeon, dice así:

"Don Luis Truan y Lugeon. Primer Director Facultativo de la Fábrica de Vidrios La Industria, perteneciente a Cifuentes, Pola y Compañía. Nació en Nyon, Suiza, el 25 de agosto de 1799. Murió en Gijón el 19 de Junio de 1876. A cuyas dotes poco comunes debe dicha Sociedad los progresos obtenidos en la fabricación. Gijón reconoce en él uno de los fundadores de su primer establecimiento industrial, donde hallan sustento gran número de trabajadores honrados. Llevó al sepulcro el amor de sus hijos, el respeto de cuantos le conocieron, el cariño de sus amigos y el agradecimiento de los que, a su inteligencia y desvelos deben su fortuna y el bienestar de su familia. Que Dios en su infinita justicia haya reservado un premio a sus virtudes".

El otro heterodoxo que acompaña a Rosario de Acuña –Enrique Villar Valdés– descansa en una tumba con signos masónicos en su lápida: una G mayúscula, una escuadra y un compás. No hace muchos años el Ayuntamiento de Gijón rehabilitó esa tumba que es la más importante que se conserva con signos masónicos en el cementerio civil, seguramente de las más importantes de Asturias.

Hubo más en El Sucu pero la de Villar Valdés es la única que logró sobrevivir al tiempo. Todavía en abril de 1990 un asalto al cementerio civil gijonés tuvo como consecuencia el destrozo del busto de Truan. El que vemos ahora, desde 1999, es una copia fiel del original.

Retrato de Gijón

Desde San Pedro

Desde San Pedro / LNE

Desde San Pedro

Desde la torre de la iglesia de San Pedro parece haber sido hecha esta foto. Pertenece al fondo Vinck, Muséu del Pueblu d’Asturies, y puede ser de hacia el año 1920. En primer plano, el colegio del Santo Ángel de la Guarda. Las hermanas de la Congregación del Ángel de la Guarda llevan en Gijón 186 años, pero en el palacio de los Valdés desde 1880, 144 años. La calle que cruza la foto es Las Cruces. Desde 1997 ese primer tramo de Las Cruces hasta la calle del escultor Sebastián Miranda es la calle de Les Maestrines: Mercedes, Carmen y Adela González Valdés, las hermanas conocidas como Les Pegañes. Al fondo a la derecha, la fábrica de Tabacos.

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