Los tráficos portuarios caerán un 23% este año por el descenso del tránsito de carbón

Los ingresos por las futuras actividades industriales compensarán a medio plazo la reducción de 4 millones de toneladas, que no se prevén recuperar

Al fondo, el Muelle Norte, uno de los espacios que van a ocupar los nuevos proyectos industriales.

Al fondo, el Muelle Norte, uno de los espacios que van a ocupar los nuevos proyectos industriales. / Ángel González

M. C.

El Puerto prevé acabar este año con un descenso de sus tráficos de 4,43 millones de toneladas a 2023, lo que representaría un retroceso del 23,36%. Así se estima en el Plan de Empresa para 2025, en el que se contempla cerrar el ejercicio 2024 con 14,53 millones de toneladas frente a las 18,96 que se movieron en 2023.

El descenso en el tráfico de graneles sólidos, en especial de carbones, es lo que está provocando la caída del tonelaje movido por los muelles gijoneses. Algo que ha llevado a corregir a la baja las previsiones de tráficos que se habían estimado en el Plan de Empresa de 2024 en el que se contemplaba cerrar 2024 con 18,60 millones de toneladas.

La mayor parte de los tráficos de carbón que se venían haciendo en los últimos años en El Musel fueran tránsitos de mineral que se descargaba en el puerto gijonés y luego se volvía a embarcar rumbo a su destino final. Se trata de tráficos que no son cautivos, esto es, que no tienen por qué hacerse forzosamente por El Musel. Es una situación bien distinta a la que ocurría cuando en el puerto gijonés se descargaba el carbón que quemaban siete centrales térmicas de Asturias, León y Palencia, que por los costes logísticos tenían que venir sí o sí por el El Musel. Pero las térmicas ya han cerrado o se reconvierten a otros combustibles.

El Plan de Empresa para 2025 no sólo actualiza las previsiones para ese año –14,21 millones de toneladas frente a las 17,74 estimadas anteriormente– y para 2024, sino hasta el año 2031. Esta actualización de las previsiones rebaja en un 18,33% los tráficos que se habían estimado en el Plan de Empresa de 2024 entre el año actual y 2031. Las nuevas previsiones contemplan que hasta 2030 el Puerto no vuelva a superar los 15 millones de toneladas con algún año entre tanto en el que no se llegarían ni a alcanzar los 14.

Mientras los graneles sólidos irán a la baja, otro tipo de tráficos portuarios se prevé que experimenten un aumento notable. Entre ellos los movimientos de mercancía general, productos con mayor valor añadido que los graneles. Si en 2023 se estibaron y desestibaron en El Musel 1,55 millones de toneladas de carga general, contenerizada o en bodega, se calcula que este año se cerrará con 1,70 millones y, si se cumplen lo previsto, la cifra irá progresivamente en aumento en los años posteriores hasta alcanzar en 2031 los 3,04 millones de toneladas. Ocurre lo mismo con los graneles sólidos.

En 2022 se movieron 840.000 toneladas. El año pasado, con la entrada en servicio de la regasificadora en el segundo semestre, la cifra se elevó a 1,30 millones, y este año está previsto alcanzar los 1,64 millones, cantidad que se espera que comience a crecer a partir de 2028 y alcance los 2,30 millones en 2031.

Esta coyuntura hace que el Puerto prevea cerrar 2024 y 2025 en números rojos, con unas pérdidas de 550.000 y 1,53 millones de euros. De cumplirse las previsiones, los beneficios volverían en 2026 y se multiplicarían a partir del año siguiente, hasta rozar los 5 millones de euros, un 175% de los 1,84 millones con los que se cerró 2023. La implantación de nuevos proyectos ligados a la economía sostenible en El Musel, que harán que la superficie portuaria en concesión alcance el 76% de todos los terrenos portuarios en 2025 frente al 53% actual, compensarán sobradamente el descenso de ingresos por la caída del carbón. Así, los ingresos por tasas portuarias que en 2023 ascendieron a 37,22 millones de euros y caerán en 2024 hasta los 33,65, irán remontando paulatinamente hasta llegar a los 40,33 millones de euros en 2028. Un aumento que se deberá a la mayor recaudación por la tasa de ocupación de superficie y por la tasa de actividad.

El peso de los graneles sólidos en El Musel pasará del 89% al 66,5% en siete años

El perfil del puerto gijonés que tradicionalmente ha sido considerado un puerto granelero va a cambiar notablemente, con la pérdida de los tráficos carboneros, la activación de la regasificadora y la llegada de nuevos proyectos ligados a la economía sostenible. Si en 2023 los graneles sólidos representaron el 85% de los tráficos de El Musel y el año anterior el 88,9%, su peso irá bajando progresivamente del 77% que se prevé para 2024 hasta del orden del 66,5% a partir de 2030. Entre los nuevos proyectos ligados a la economía sostenible que se asentarán en El Musel se incluyen la planta de materiales para baterías eléctricas de coches de Ionway, la fabricación de componentes de aerogeneradores marinos en el Muelle Norte y en el de La Osa, la producción de bienes de equipo para industrias ligadas a la transición energética en ese mismo muelle, la producción de metanol con captura de carbono e hidrógeno renovable en Aboño y la piscifactoría de lenguados en La Figar. En los ocho años que se contemplan en el Plan de Empresa de 2025, todos estos proyectos sumarán 713,9 millones de inversión privada en El Musel.

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