La Asturias de Adeline Fernández llega a Madrid

La pintora afincada en Gijón presenta en la capital de España las obras de "Luz, Hierba", una ruta personal por la naturaleza asturiana

Adeline Fernández, ante cuadros de su exposición «Luz, Hierba», en Madrid.

Adeline Fernández, ante cuadros de su exposición «Luz, Hierba», en Madrid.

Francisca Balbontín

"Luz, Hierba", la visión más personal que sobre la naturaleza asturiana tiene la pintora Adeline Fernández Hidalgo, afincada en Gijón desde hace décadas, ha dado el salto a Madrid, donde la muestra se podrá ver a lo largo de julio y septiembre en las salas del centro cultural Clara del Rey. "Asturias para mí tiene un paisaje realmente maravilloso. Su geografía es muy disparatada y te une con todos los elementos. Eres capaz de disfrutar del mar y a su vez de las montañas. Elegí Asturias porque quise dar una visión diferente de ella", explica Fernández entremezclando su trayectoria vital y pictórica. Con un pasado entre África y Bélgica, llegó a Gijón hace cuarenta años cumpliendo el deseo de su madre de regresar a Asturias. Una Asturias tan presente en su vida desde pequeña como lo ha estado la pintura.

Toda su obra artística conecta, sin excepción, con esa naturaleza que le entra por lo ojos. "Soy muy visual, me queda todo en el cerebro. Lo que se ve en las obras son lugares de Asturias en los que he estado. He hecho senderismo y he pateado mucho, así que son lugares que conozco. Conozco su luz, sus paisajes... Son momentos, fotografías que tengo en la mente sin hacer fotos", describe.

La mayoría de sus obras son en óleo, pero Adeline Fernández también pinta en seda. Esta técnica conlleva un complejo proceso de creación y hace imprescindible contar con un bastidor y con pinturas exclusivas para la seda. Hay que ser rápido en el proceso o todo se emborrona. "Cuando tienes la idea, se desarrolla. Primero se extiende un trozo de seda natural en un bastidor y cuando esté la seda extendida trasladas la fotografía que tienes en la mente a la seda. Para ello dibujas con un material llamado ‘gutta’. Simularía un lápiz pero en vez de pintar como todos los lápices, es cola. Se deja secar y después se pone el color. Después se seca otra vez, se plancha, se lava, vuelves a planchar y finalmente plasmas en un cuadro", describe la artista.

Hacer que ese desconocido trabajo en seda llegue al público es uno de los intereses de la creadora. "La mayoría piensa que son acuarelas, pero no. No tienen nada que ver", dice.

Tejados azules

La seda, el óleo, el acrílico y las técnicas mixtas están en las obras de Fernández que se van a encontrar los visitantes madrileños en una exposición que ya se pudo ver en Gijón hace unos meses. Haciendo alusión al óleo, hay una obra que tiene un significado especial para su creadora: "Espacios vacíos". Fernández explica cómo "los tejados en espacios vacíos representan un vacío existencial que tuve después de la pandemia. Son la soledad, el vacío que de alguna manera nos sigue persiguiendo hasta nuestros días. Ver todos los edificios solitarios y las casas vacías por dentro fue algo bastante angustioso. Así que empecé a pintar todos los tejados azules. Para mí, el azul significa felicidad. Quise expresar ese vacío y a su vez ofrecer una especie de puerta abierta hacia la felicidad, a que no se perdiese la esperanza".

"Luz, Hierba" es el presente de Adeline Fernández, que le está poniendo más que ganas para hacerse un hueco en el mundo del arte. "La industria del arte contemporáneo es muy poco inclusiva. Se trata de un mercado muy cerrado en el que no existen tantas facilidades para crecer si comienzas desde cero. Es duro, pero merece la pena", explica.