Lo que alega el trabajador bajo sospecha por el ordenador "oculto" en el Ayuntamiento de Gijón: ¿no es lo que parece?

El empleado se puso en contacto con personal de la Casa Consistorial y aseguró que el dispositivo hallado no era una torre de computador

El edificio del Ayuntamiento, en la plaza Mayor.

El edificio del Ayuntamiento, en la plaza Mayor. / M. L.

Pablo Palomo

Pablo Palomo

La investigación por el ordenador "oculto" hallado en el Ayuntamiento de Gijón sigue su curso. El funcionario sobre el que, por ahora, se centran las primeras pesquisas se puso en contacto en las últimas horas con personal la Casa Consistorial para explicar su versión. Según han confirmado diferentes fuentes a LA NUEVA ESPAÑA, este trabajador reconoció haber sido quien colocó el dispositivo, una torre sin pantalla alguna que luego fue localizada en un armario de una de las salas del edificio Pelayo, pero el funcionario manifestó que dicho aparato no era un ordenador, sino un "router". Es decir, un dispositivo que tiene como función conectar diferentes redes entre sí. El aparato fue localizado tras una auditoria interna ordenada por la Dirección de Protección de Datos del Ayuntamiento. El gobierno local, por su parte, guarda silencio sobre el asunto. "Hay que dejar trabajar a la Policía", apuntaron las fuentes consultadas.

Nada más ser localizado el pasado jueves, el dispositivo fue desenchufado y puesto en manos de la Policía Nacional. La comisaría de El Natahoyo es la que se ha hecho cargo del asunto a través del Grupo de Delitos Informáticos. La investigación se plantea larga, de varios meses, y, al menos por ahora, no hay ninguna acusación formal sobre nadie, porque de momento no se tiene constancia de que se haya cometido ningún delito.

El asunto sí que ha hecho sonar las alarmas en el gobierno local, que afronta el episodio con la máxima cautela. Sobre todo, teniendo en cuenta el precedente del hackeo que sufrió el Ayuntamiento en abril de 2022, que afectó al funcionamiento normal de la administración local durante varios meses. Las pesquisas actuales se centran en determinar el origen del aparato hallado y en qué función tenía pero también, y sobre todo, si tenía acceso a datos municipales de carácter sensible y, si era así, quién podía visualizarlos.

La investigación está en una fase inicial, pero ya había ciertas "sospechas" sobre un trabajador municipal, de baja en estos momentos por otras razones. Esta persona, tras conocer que se había abierto una investigación, se ha puesto en contacto "motu proprio" con el Ayuntamiento para contar qué es lo que sabe. Lo hizo en las últimas horas y habló con altos funcionarios municipales, tal y como señalaron diferentes fuentes de la Casa Consistorial a este periódico ayer por la tarde. Lo que ha verbalizado, siempre según estas fuentes, es que sí que fue él el que colocó el aparato, pero que este no tendría las funciones de un ordenador al uso, sino que era únicamente un "router". El dispositivo hallado el pasado jueves era una torre, sin pantalla, que se encontraba aparentemente oculto en un armario de una de las salas del edificio Pelayo, en la plaza Mayor. En dicho armario se guardaban, sobre todo, teléfonos analógicos no inteligentes y es por esa razón que se teoriza con que el armario llevaría tiempo sin ser revisado. Es por este motivo también que se piensa, al menos ahora, que la torre podría estar ahí desde hace varios años.

Las dudas sobre la procedencia de la torre están fundadas. Sobre todo por las formas en las que se localizó. Fue un trabajador, en medio de una auditoria interna encargada por la dirección de Protección de Datos del Ayuntamiento –ente creado por el actual gobierno local nada más tomar posesión Carmen Moriyón– el que detectó una señal que no cuadraba en la citada sala del edificio Pelayo. Dicha señal no estaba adscrita a ningún dispositivo que estuviera incluido en el registro municipal. Fue entonces cuando comenzó una revisión, "cable a cable" –como destacó Moriyón–, hasta localizar uno que llevaba al armario en concreto. Allí se encontró la citada torre "en la última balda y aparentemente escondido en una especie de doble fondo" en la parte trasera del mismo, tal y como apuntaron fuentes municipales. Nada más ser localizado se desconectó de inmediato y se llamó a la Policía Nacional. Hay denuncia del asunto y es por ello que los agentes ya están detrás del caso.

Aunque el precedente del hackeo municipal en abril de 2022 está encima de la mesa, por ahora tampoco nadie ha podido relacionar el episodio del ordenador "oculto" con lo sucedido hace dos años. Dicha investigación, la del hackeo, también fue larga y se saldó con la recuperación de la normalidad en el funcionamiento de la administración. Eso sí, el resultado concreto de las pesquisas policiales nunca llegó a trascender para salvaguardar la seguridad municipal. Las fuentes consultadas estos días no se atreven a vincular la torre localizada con el hackeo, pero igualmente dijeron que "no lo descartaban". La torre, por otro lado, se conectaba a la red municipal con un código numérico y no con una identidad personal. Esta es una de las razones por las que de momento las sospechas no pasan de eso, de sospechas, ya que no se pueden atribuir directamente, al menos con los datos que han trascendido ahora, a ninguna persona concreta.

Otra hipótesis que hay encima de la mesa en las oficinas municipales es que la torre oculta estuviera detrás de ciertos fallos que se daban el Ayuntamiento en los últimos meses. Estos fallos tenían que ver con que el internet "va muy lento" y otras veces "el teléfono no funciona bien". Por otra parte, los expertos informáticos consultados por este periódico explican que estos casos de "informática en la sombra" no son del todo infrecuentes en las grandes empresas o en las administraciones públicas. Será, en todo caso, la investigación de la Policía Nacional la que determine el origen de esta torre, si era un ordenador o un router, y qué función tenía.

Las claves

  • La investigación. La Policía Nacional investiga una torre oculta hallada el pasado jueves en un armario ubicado en una sala del edificio Pelayo del Ayuntamiento. Se encontró en un armario en el que se depositaban móviles analógicos. La torre estaba conectada a la red municipal y aparentemente estaba oculta. La encontró un trabajador municipal durante una auditoria interna encargada por la dirección de Protección de datos del Ayuntamiento. 
  • Desenchufada. Nada más localizarse la torre, se desenchufó y se puso en manos de la Policía Nacional. La investigación está abierta, pero por ahora, al estar en una fase muy inicial, no se han producido demasiados avances. Se trata de averiguar qué era la torre, qué función tenía, si tenía acceso a datos sensibles y quién podía ver esos datos.
  • Sospechas. Por diversas razones, no hay una acusación formal sobre nadie, ni se tiene, de momento, constancia de que se haya cometido ningún delito. Si bien, diferentes fuentes apuntaban a un empleado, un funcionario que ahora se encuentra de baja, como el responsable de haber colocado ese dispositivo hallado durante la auditoria. 
  • La versión del funcionario. Tras conocer que se había abierto una investigación, el funcionario del que se sospecha se ha puesto en contacto con altos funcionarios del Ayuntamiento para explicar su versión de los hechos. Lo que ha dicho es que efectivamente él colocó la torre, pero que esta no era un ordenador sino un router. 
  • Prudencia. Al estar la investigación en una etapa inicial y saberse que puede durar hasta varios meses, el Ayuntamiento guarda silencio y deja trabajar a la Policía Nacional. Aunque aún no consta relación, el asunto ha disparado ciertas alarmas sobre todo teniendo en cuenta el precedente del hackeo municipal de abrir de hace dos años. 

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