Empar Fernández obtiene el galardón Dashiel Hammett de la Semana Negra

"Que te premien por hacer lo que te gusta es genial", dice la autora de "El miedo en el cuerpo"

Por la izquierda, Antonia Lassa, María Larrea, Juan Ramón Biedma y Empar Fernández, en el Museo del Ferrocarril, con sus "Rufas de oro".

Por la izquierda, Antonia Lassa, María Larrea, Juan Ramón Biedma y Empar Fernández, en el Museo del Ferrocarril, con sus "Rufas de oro". / Juan Plaza

“Que te premien por hacer lo que te gusta es genial”. Con estas palabras expresó su alegría la autora de “El miedo en el cuerpo”, Empar Fernández, quien se alzó este mediodía con el premio Dashiel Hammett a la mejor novela de género negro escrita en lengua castellana en 2023, el galardón más destacado de los que otorga la Semana Negra. Asimismo, el certamen literario gijonés hizo entrega de sus “Rufas de oro” a María Larrea, ganadora del Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción de género negro con “Los de Bilbao nacen donde quieren”; a Antonia Lassa, que obtuvo el Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela de género negro con “Llevar en la piel", y a Juan Ramón Biedma, quien consiguió el premio Celsius a la mejor obra de Ciencia Ficción y Fantasía con “Crisanta”. El premio Espartaco a la mejor novela histórica fue para Ignacio Martínez de Pisón -que no pudo estar presente en la cita, celebrada en el Museo del Ferrocarril- por su obra “Castillos de fuego”.

El director de la Semana Negra, Miguel Barrero, fue el encargado de inaugurar una ceremonia en la que todos los finalistas obtuvieron su reconocimiento en forma de aplausos y con la respectiva entrega de las “Rufas”. Para ello contó con la ayuda de las secretarias que representaron a los cinco distintos jurados. El máximo premio de la jornada se lo llevó por unanimidad la escritora Empar Fernández “por transmitir la angustia, el dolor y el miedo con una pluralidad de voces” en “El miedo en el cuerpo”. “Mi novela tiene ese título porque la madre de Daniel, un niño autista de 7 años, se da cuenta de que ha desaparecido. Escogí a un niño autista porque se encuentra doblemente perdido”, comentó Fernández, que resaltó la “angustia y la tensión” que genera el libro. “Imaginamos muchas cosas que le puedan pasar porque no podemos esperar que pida ayuda”, apuntó. El resto de los autores que optaron al Dashiel Hammett fueron Antonio Soler, con “Yo que fui un perro”; Lorenzo Silva, con “Púa”; Victoria González Torralba, con “Buenos tiempos”, y Paco Gómez Escribano, con “Narcopiso”. 

Con el galardón Rodolfo Walsh, explicó el jurado, se alzó María Larrea “por su originalidad narrativa y honestidad y valentía, contando de manera cruda, sin caer en lo lacrimógeno, su historia familiar” en “Los de Bilbao nacen donde quieren”. “Es mi primera novela negra y estoy muy emocionada de recogerlo. He viajado con mi hijo y creo que es una parte importante de este viaje porque el libro lo escribí para que ellos sepan la historia de mis padres y de esa España del siglo XX para unos emigrantes”, desarrolló Larrea. Junto a ella estuvieron los otros cuatro finalistas, que fueron Agustín Rivera, con “Hiroshima. Testimonios de los últimos supervivientes”; Mariano Sánchez Soler, con “Una hojarasca de cadáveres”; Elisa Ferrer, con “El holandés”, y Paz Velasco de la Fuente, con “Muertes nada accidentales”. 

Antonia Lassa, la autora de “Llevar en la piel”, consiguió el Memorial Francisco Cañada por tratarse “de una primera novela muy original y entretenida, con un estilo muy personal”. Lassa se mostró “muy feliz” y quiso felicitar a sus compañeros con los que se disputó el premio. En esta categoría también estaban Ana Martínez Muñoz, con “Valencia Roja”; Juan Carlos Galindo, con “Hontoria”; Fermín Goñi, con “Un crimen en línea recta”, y Rigoberto Menéndez Paredes, con “Asesinato en el bosque de La Habana”.

Por su parte, Juan Ramón Biedma, distinguido con el premio Celsius, señaló que “cuando obtuve el premio Hammett dije que no tenía más cofradía ni más partido ni más club que la Semana Negra y ahora no tengo más que suscribir lo mismo”. Biedma se impuso en esta ocasión a Carolina Sarmiento, autora de “Vrësno”; a Andrés Barba, con “El último día de la vida anterior”; a Marta Sanz, con “Persianas metálicas bajan de golpe”, así como a Miguel Salas Díaz, con “La madre del frío”.

Más allá del vencedor del premio Espartaco, Ignacio Martínez de Pisón, en el Museo del Ferrocarril estuvieron los finalistas Carlos Bardem, autor de “Badaq”; Susana Martín Gijón, con “La Babilonia”; Lorenzo G. Acebedo, con “La taberna de Silos”, y Begoña Quesada, con “Líneas de fuga”.