Entrevista | Jay Bentley Bajista de "Bad Religion", grupo estadounidense de punk-rock que actúa el sábado en Gijón

"Gritarle al micrófono es sin duda curativo"

"Siempre nos lo pasamos genial tocando en Asturias"

"Disfruto muchísimo de los conciertos y no me importa si hay diez personas o diez mil"

Los integrantes de "Bad Religion", con Jan Bentley segundo por la derecha.

Los integrantes de "Bad Religion", con Jan Bentley segundo por la derecha. / LNE

Jay Bentley (Wichita, Kansas, Estados Unidos, 1964) es el bajista del grupo de punk-rock estadounidense "Bad Religion". Bentley lleva cerca de 45 años años ligado a la música, la mayor parte como miembro esta formación, aunque durante unos años también tocó en grupos como "Wasted Youth" o "T.S.O.L". Ahora, a Bentley y al resto de su banda se le espera en Gijón para dar uno de los grandes conciertos del Tsunami Xixón Festival, que hoy comienza. Para escuchar a "Bad Religion" habrá que esperar hasta el sábado.

–¿Tienen ganas del concierto en Gijón?

–¡Por supuesto! No es la primera vez que tocamos en España, ni en Asturias, y siempre nos lo pasamos genial. De hecho, precisamente salir de grandes ciudades como Madrid, Londres o Berlín hace que todo parezca un poquito más grande.

–¿Prefiere tocar en salas pequeñas o en grandes festivales al aire libre?

–Me encantan ambas opciones por igual por distintas razones. Los conciertos más reducidos son divertidos, tanto para la banda como para los fans, y los grandes escenarios sirven para que la gente que no conoce la música de un artista se acerque y experimente un poquito de su trabajo y vea si le interesa aquello que tiene que ofrecer.

–¿Se siente más conectado con el público en las distancias cortas?

–Creo que siempre mantengo la conexión con el público, personalmente disfruto los shows muchísimo, no importa si hay diez o diez mil personas mirándonos, adoro tocar sobre un escenario.

–¿Qué canción le hace vibrar?

–Muchas. Demasiadas. Y cambian constantemente. Aunque probablemente mi canción favorita, aquella que escucho en bucle sin importar lo que suceda, es "Madman Across the Water" de Elton John.

–Con una carrera tan extensa, ¿es difícil elaborar la setlist para el concierto?

–No, la clave es seleccionar algunas canciones de cada era musical por las que ha pasado el grupo y no centrarse en un tema o situación sentimental muy específicos. Ahora mismo sólo tenemos ganas de tocar cualquier canción que nos guste y nos haga sentir cómodos, además de aquellas que más gustan al público, las que les hacen gritar, saltar y divertirse.

–¿Cómo es la preparación de los shows?

–No hay. Simplemente salimos al escenario, eso es todo. Cuando tienes tanta experiencia como nosotros únicamente hay presentarse, saludar y comenzar a tocar.

–Asturias es un referente grastronómico, ¿probarán la comida de aquí?

–¡Claro! Si llegamos lo suficientemente temprano, el sábado será lo primero que hagamos para reponer energía tras el viaje. Esa es una de las cosas que me hacen sentir afortunado por mi trabajo: poder explorar el mundo, conociendo nuevas culturas, probando comidas distintas y empapándome del arte, la arquitectura y todo lo que inunda cada ciudad. Aunque durante las giras es un poco vertiginoso visitar tantos países en tan poco tiempo. En este caso, es el último concierto de nuestro tour, volamos el día anterior desde algún punto de Escandinavia, así que dispondremos de algo más de tiempo.

–¿Qué esperan del concierto del sábado?

–Locura total. Cuando tocamos en Asturias siempre suele venir mucha gente. También tiene que ver que tenemos un gran bagaje a nuestras espaldas, por lo que nuestra música siempre logra tocar el corazón de las personas, sin importar el momento vital en que se encuentren.

–¿Qué es lo que más le gusta de la música?

–Gritarle al micrófono, sin duda. Es curativo. De hecho, hay una terapia psicológica llamada "pillow sreaming", o gritarle a la almohada, que consiste en hacer precisamente eso: gritar contra un cojín para descargar los sentimientos y sentirte mejor. Yo lo hago, pero en vez de usar algo mullido que amortigüe el sonido utilizo un micrófono y lo amplifico (ríe).

–El nombre del grupo significa en español "mala religión", ¿lo pensaron a conciencia?

–No exactamente. Para mi son solo dos palabras que van juntas y que escogimos cuando teníamos 15 años. O sea, sí significan esta banda y todo lo que ella conlleva en mi vida. Pero lo cierto es que lo propuso Brett (Gurewitz), nuestro guitarrista, simplemente las escupió y no nos convencieron mucho al principio. Sin embargo, intentamos buscar otros muchos nombres, pero siempre volvíamos a "Bad Religion". Nos representaba, parecía demostrar lo que sentíamos. Y no por el tema de la religión, no se refiere a ninguna en específico, sino que más bien hace referencia a la idea de seguir una doctrina o dogma a ciegas, con los ojos cerrados y creyendo todo lo que ésta representa, sin pararse un segundo a pensar sobre ello, reflexionando y sacando conclusiones propias que pueden estar de acuerdo o no con lo que se propone. Sobre todo cuando hiere a otras personas.

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