Opinión

Concordia para las medallas de Gijón

Gijón se vestirá de gala dentro de una semana para celebrar el día de San Pedro, patrón de la ciudad. Un día grande, simbólico, que camina entre lo religioso, con la bendición de aguas, y lo institucional, con la entrega de las medallas y honores de la villa de manos de los representantes de todos los gijoneses, elegidos democráticamente en las urnas. La división existente desde hace ya varios años entre los partidos de derecha y de izquierda con motivo del acto a la orilla del pedreru de la playa de San Lorenzo parece que va a tener también réplica por la tarde cuando el teatro Jovellanos se llene para aplaudir a los colectivos distinguidos este año con la medalla de oro y las tres medallas de plata. Cada uno esgrime sus motivos, a buen seguro legítimos, pero la imagen, si al final no están los representantes de todos los partidos políticos, será desoladora.

Por un lado, está la petición de Izquierda Unida y Podemos de retrasar media hora el inicio del acto institucional para que sus portavoces puedan estar presentes en la manifestación del colectivo LGTBIQ+. Y por el otro, la negativa del todos los grupos políticos de la oposición –y también del Partido Popular, integrante del gobierno local de la ciudad– a que este año no tengan su silla sobre las tablas del Jovellanos. Una semana queda todavía por delante para que los portavoces de los partidos con representación en el Ayuntamiento –Foro, PP, PSOE, Vox, IU y Podemos– sean capaces de dejar a un lado sus argumentos y piensen que, como miembros de la Corporación, representan a todos los gijoneses. Y Gijón, ni mucho menos, es este espectáculo que podrían dar si las buenas maneras fallan el día de San Pedro.

Desde el pasado mandato, con Ana González de alcaldesa, se logró que el nombramiento de las medallas y honores se resolviese en una reunión de portavoces, privada, para que ninguna persona o colectivo resultara dañada por el debate de a este sí y a este no. También que fuese la Corporación, en su conjunto, quien concediese esas medallas, y no que cada partido presentase su propuesta como ocurría antes. Así las cosas, este año se optó por la Policía Nacional como medalla de oro por su bicentenario, y por los representantes de Atención Primaria de Gijón, por el Centro de Coordinación de Salvamento Marítima y por la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales como medallas de plata. Tal y como está el panorama en la Casa Consistorial seguro que más de uno puede que haya puesto pegas por no querer entregar según qué medalla. Ahora se va un paso más y parece que ni siquiera estarán todos los portavoces presentes ante tal solemne acto. Retomar la concordia entre los partidos es lo mínimo que se les puede exigir como señal de respeto a los gijoneses. Tan delirantes es querer estar en otro lugar como no darles el sitio que merecen.