Opinión

A paso lento

El Corredor Atlántico, muchas reuniones y no tantos presupuestos

El Corredor Atlántico confía a la renovación de la Alianza por las Infraestructuras la estrategia, para reivindicar compromisos y calendarios para el desarrollo del noroeste peninsular que, según ha reconocido el consejero de Fomento asturiano, "es evidente que tiene muy por delante al Corredor Mediterráneo". Lo que traducido parece significar que, tras los titulares y las fotos, aún no hay ni calendarios ni presupuestos. Es evidente que ciudades medianas, tipo Vigo, Coruña, Oviedo, Gijón o Valladolid no pueden competir en cuantías absolutas con grandes ciudades como Barcelona, Valencia, Murcia o Málaga, pero sí deberían hacerlo en inversiones relativas. La función del Estado social no es dar más más inversiones a las regiones más ricas, y menos aún por ser más independentistas o más chantajistas, sino distribuirlas de manera ecuánime.

Ahora que está de moda pedir cada región una financiación singular, o sea especial, para contribuir menos al conjunto (concierto vasco) o recibir más en proporción a su riqueza (Cataluña), la cuestión es cómo cuadrará el sudoku. La distribución sería más justa teniendo en cuenta las necesidades más prioritarias, incluyendo para ello criterios como la población, renta per cápita, superficie o retraso en infraestructuras. También buscando la eficiencia –rentabilidad económica y social– de las obras públicas a acometer, no podría ser por ejemplo que cada ciudad pequeña tuviera una parada de AVE, pues entonces no se trataría de un tren de alta velocidad, sino de una red de Cercanías, que Asturias central necesita mejorar para la cacareada área metropolitana.

Concretando más hablan de revisión de la Alianza de las Infraestructuras, a ratificar en la reunión prevista para el próximo 10 de julio, como la conexión de los puertos con la Zalia, la resolución de los nudos de Villabona y de Poago, y la integración ferroviaria de Gijón y el acceso a El Musel. Si revisar es volver a ver, el tratarse de obras importantes es algo ya muy visto, lo que hace falta leer es en qué presupuestos anuales va avanzando cada ejecución. La Zalia necesita una subestación eléctrica que garantice el funcionamiento de naves para empresas, en tanto Villabona es un cuello de botella ferroviario. Hay sectores que han resurgido, como el naval privado, y otros como el siderúrgico y auxiliares en una "transición indefinida" que necesita clarificación.

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