Opinión

Cosas de Gijón

De la manifestación del Orgullo al "cara al sol" en el cuartel de Simancas

Al final, la bandera LGTBIQ+ no se colocó oficialmente en el Ayuntamiento de Gijón, tuvieron que asaltar el balcón de todos unos concejales para lograrlo, tampoco se retrasó media hora el acto de entrega de medallas para no interferir con la manifestación del Orgullo. Ocurrió en la mayoría de las instituciones donde Partido Popular y Vox tienen mando y Foro no hizo mucho por evitarlo. La declaración institucional no salió adelante al votar en contra Partido Popular, Vox y el tránsfuga. Moriyón justifica la ausencia de la bandera en que no estaba en las peticiones que Xega hizo; hay cosas que no necesitan solicitudes. Es un paso atrás en la lucha por los derechos de las personas LGTBIQ+, y de todas las personas sea cual sea su condición sexual, porque restringir libertades conquistadas nos afecta a todos, y porque poco a poco blanquean sus fobias, hoy es la homofobia, mañana el racismo, la xenofobia y así, hasta el infinito; unos carteles que convierten una reivindicación en una fiesta, un gilipollas que habla de "uniones naturales", otro, de los derechos de los fumadores con bigote, otra que asimila homosexualidad con enfermedades… Saben que habrá polémicas un tiempo corto y luego ya, como quien oye llover. Blanquear se llama. Sí hubo bendición de las aguas con la Corporación asistiendo de forma oficial, ignorando que somos un estado aconfesional y que un gobierno municipal tan legítimo como el suyo, aprobó una ley para que la asistencia fuera voluntaria, a título personal y respetando la Constitución.

No son pequeñas cosas, son gotas de agua que alimentan un torrente y hacen que los ultras estén cada día más crecidos, narrando una versión de la historia que no se corresponde con el golpe de estado, ni con la dictadura que buscan repetir. Un grupo de fascistas canta el "cara al sol" en pleno día, ante un monumento a los caídos del Simancas, que ya no debiera estar allí, enfrente de la Policía Local que no interviene. Hombres, mujeres y jóvenes, españoles y muy españoles. Tal vez las mujeres allí presentes, quieran volver a ser ciudadanas de tercera, mujeres a las que "su hombre", al que pertenecían al emanciparse de su padre, podía darles un par de hostias por no tener la cena preparada a tiempo o si la sopa estaba fría. O ponerles los cuernos mientras ellas podían ir a la cárcel por adulterio si hacían lo mismo. Mujeres que no podían divorciarse, abortar ni abrir un negocio, una cuenta corriente o pedir un crédito sin el permiso de sus maridos, que para sacar el carné de conducir tenían que hacer el servicio social y aprender labores del hogar y recibir clases de sumisión. Ciudadanos manifestándose por un régimen que lo primero que haría, sería prohibirles manifestarse, para a continuación derogar todas las leyes sociales, de las que muchos de ellos se benefician sin pudor, aprobadas por la izquierda, siempre con el voto en contra de "su" derecha.

Los delitos de odio aumentaron en 2023 el 21% y una quinta parte de los detenidos eran menores de edad. Estas cosas no debieran ser de Gijón, somos otra cosa. Eso sí, en agosto "terrazona" en el centro, los barrios que cojan el autobús.

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