Opinión

Más que fútbol

Entre la Eurocopa, El Molinón y el populismo

España se ha clasificado al derrotar a la subcampeona del mundo y favorita Francia para la final de la Eurocopa 2024 de fútbol, entre la alegría de los aficionados nacionales. Cierto ha tenido también parte de suerte, por ejemplo, por la semi-lesión con Francia de su estrella Mbappé (rotura de nariz), o el gol de Yamine Lamal por la escuadra, que de cinco veces cuatro se irá fuera, pero para marcar gol hay que chutar. El entrenador Luis de la Fuente ya ha sido campeón de Europa con las selecciones sub-19 y sub-21, luego no puede ser todo casualidad. Danton, uno de los líderes de la revolución francesa de 1789 decía la fortuna premia a los audaces. Si lo intentas puede salir bien o mal, si no lo intentas nunca sale bien, ni en el fútbol ni en la vida. Por ello se juega con porterías, gana no solo juntarse atrás sino quien mete más goles que el rival.

Aterrizando en Gijón, cuando el estado español les pondría millonadas, que además repercutirían en mejorar las infraestructuras de la ciudad, el equipo de gobierno municipal no ha querido ni estudiar las cifras ni posibles vías de financiación público-privadas. Primero, la alcaldesa del partido que fundó Cascos (Foro) determinó se acabó el asunto, y después salieron otras opciones y cantidades, como la propuesta del PSOE local, más modesta y asequible. De esta forma, Gijón se ha quedado sin poder optar a ser una de las 11 sedes entre las 15 precandidatas para el Mundial 2030 de fútbol, mejorando el estadio y el entorno, pues la alcaldesa decidió acabar la carrera antes de empezarla. Ahora pondrán cualquier excusa almibarada para maquillar la ineficacia.

La anterior alcaldesa, Ana González (PSOE), parecía dialogar con el Grupo Covadonga sobre piragüismo con la fórmula sectaria del ordeno y mando, primero la ideología de renaturalizar el rio urbano y después la realidad ciudadana. Así ellas, con medidas que suenan populistas, creen se hacen muy populares entre la ciudadanía, con el sofisma del "no a la especulación" (¿por qué los beneficios son pecado?), pero quienes salen perdiendo en realidad son los habitantes. La función del Ayuntamiento no es boicotear, ni al Grupo Covadonga, ni al Grupo Orlegi, ni a los conductores ni a los cristianos. Sin viviendas, sin coches, sin fábricas y sin comercios no hay civilización, no hay ciudad sin ciudadanos, aunque quede muy bonito el erial verde para mosquitos y jabalís.

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