Opinión

El futuro pasa por Cimavilla

Vista de Ccimadevilla y de la plaza Arturo Arias desde el interior de Tabacalera.

Vista de Ccimadevilla y de la plaza Arturo Arias desde el interior de Tabacalera. / Ángel González

Gijón acaba de sentar las bases para empezar a saldar la deuda contraída con Cimavilla desde que, al comienzo de este siglo, las antiguas trabajadoras de la Fábrica de Tabacos cruzaron por última vez las puertas de este emblemático edificio que ahora aspira a proyectar la imagen de la capital marítima del Principado en todo el mundo. La puesta de largo del proyecto impulsado por el actual gobierno local, multitudinaria, con representantes de distintos sectores sociales, culturales y económicos de la ciudad, medida al detalle y sin escatimar en recursos, deja meridianamente claro que el antiguo convento del Santísimo Sacramento y la Purísima Concepción de Nuestra Señora de Agustinas Recoletas constituye una prioridad para el Ayuntamiento que lidera la forista Carmen Moriyón. Es la joya de la corona de esa «vía gijonesa» de la cultura que busca convertir el barrio marinero en un referente internacional, pero, para lograrlo, el primer logro será cumplir con el calendario previsto y dejar atrás ese Gijón de los proyectos fallidos. En este caso no hay excusas, ni ministerio al que culpar, pues es el Ayuntamiento quien debe estar encima de los técnicos municipales y velar por que no haya retraso alguno.

El periplo arrancó en la primera etapa de Carmen Moriyón como alcaldesa. Fue en su segundo mandato cuando comenzaron a darse los primeros pasos para que la recuperación de este inmueble ubicado en el corazón del barrio Alto se convirtiese en realidad. Una hoja de ruta que dio paso a las labores necesarias para acondicionar el edificio que corona la plaza del Periodista Arturo Arias mientras se diseñaba un plan de usos que aglutinase el mayor consenso posible. Con el cambio de gobierno, y la llegada a la Alcaldía de socialistas e IU en 2019, se trazó un plan de musealización y un plan de usos para Tabacalera del que bebe el proyecto actual. Tan solo se modificó parcialmente en el mes de octubre del pasado año, ya con Moriyón por tercera vez al frente del Ayuntamiento, para blindar dos plantas para uso expositivo que está por ver qué albergarán.

Pero el grueso del proyecto anunciado ayer es el contenido previsto para el edificio de nueva creación en la parcela colindante de la antigua Fábrica de Tabacos. Como desveló LA NUEVA ESPAÑA esta semana, se trasladará a una de sus plantas el Museo Nicanor Piñole, dejando libre la casona de la plaza de Europa que ahora ocupa para el Consejo de Mujeres. Un gran auditorio semisoterrado y las oficinas de la Fundación Municipal de Cultura completan otras dos plantas. El espacio restante se ofrece al Principado para instalar la Filmoteca de Asturias, aunque parece que el Gobierno regional tiene en mente la Universidad Laboral para recuperar esa institución. De no prosperar el ofrecimiento municipal, se abre el abanico de posibilidades para completar los usos. No estaría de más que Cimavilla fuese partícipe, al menos para una planta, de la decisión final, para evitar así una nueva gran oficina para empleados municipales.